Parte relatada por Rafaela:
Fuimos al centro comercial. Como siempre esos dos tortolos se colaron, eran tan lindos. Lucia se veía muy feliz cosa que dentro de su círculo de felicidad estar más feliz de lo normal era estar más interactiva. Llegamos Ripley ya que por alguna razón a Lucia le encanta comprarse ropa ahí.
Mangel se fue a donde vendían videojuegos, sorprendentemente mi Rubén se quedó conmigo el me empezó a ayudar con mi ropa la cargaba me mostraba más ropa y cada que me la probaba él me decía que tal se me veía.
Cariño ¿Qué tal se me ve este short? - le pregunte.
Hermoso, bebe- sonreía como tonto hasta que me di cuenta que me estaba mirando el trasero busque con la mirada a mi vitcha.
Muy apretado te saca mucho poto, ni piense que vas a salir sola con eso - me daba tanta risa cuando Lucia se comportaba así.
Tiene razón solo lo puedes usar cuando estés conmigo - yo sonreí amaba a ese par.
Vamos a pagar - les dije.
Puta madre por la grandísima puta - grito Lucia molesta.
¿Qué pasa? - le pregunte
Me olvide la billetera - Rubén se rio - no te rías porque te insulto.
¿Qué pasa bebe, porque tan enfadada? - ella puso su ropa en un repostero.
Dame la llave del auto - Rubén se la dio, ella detestaba que cosas así le pasaran más porque probarse ropa le llevaba siglos.
¿Alguien que me explique, por favor? - nos dijo Mangel.
Se le olvido su billetera y no puede pagar, ella odia eso - le respondí.
¿Esta es su ropa? - dijo Mangel agarrando la ropa que ella había dejado.
Si - le respondí.
Vale paguemos - uyyy a Mangel le iba doler esto, la cuenta de la ropa Lucia salió 373 euros, bueno contando los zapatos que yo le elegí.
Obviamente mi bebe no se quedó atrás también me pago la ropa obviamente no le salió tanto pero igual cuando él me dijo que lo iba a pagar agregue más ropa.
Cuando llegamos al auto Lucia estaba echada en la parte de atrás intentando silbar Patiencie una canción de GNR que le encantaba pero lamentablemente nunca pudo aprender a silbar. Mangel le toco la puerta con las bolsas eran demasiadas, ella lo miro extrañada. Abrió la puerta.
¿Y eso? - le pregunto ella.
Tu ropa.
¿Tú la pagaste? - abrió los ojos como platos.
Si, bebe.
No debiste hacer tu... - había olvidado que ella era recontra orgullosa, odiaba que le invitaran o le pagaran las cosas bueno solo las que valían mucho - te devolveré al llegar a casa.
Es un regalo - la beso.
Subimos al auto, Lucia se quedó dormida en el pecho de Mangel cosa que a todos nos provocó un poco de risa.
Me cruce de piernas y puse mis manos sobre mis piernas el acerco su mano a la mí y nos cogimos de la mano el hacia los cambios con la mano eso me encantaba.
Cuando llegamos hicimos las maletas mañana iríamos al pueblo de Mangel.