Capítulo 1

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El viento llevaba consigo el sonido de una melodiosa flauta, acariciando las hojas de los árboles que a la ves llenaban el silencio con sonidos que calmaban el alma,  en la rama de un árbol, estaba un joven quien tocaba dicha melodía, despreocupado no parecía temerle a las alturas.

Su padre llamo a su nombre para que se marcharan pues ya habia terminado de hablar con un sujeto con el cual intercambio las figuras de barro por comida.

-         ¡Atl! Es hora de irnos, apresurate para que me ayudes.

-         Padre, ¿hacia donde nos dirigimos ahora?

-         Nos tomara tres días llegar a la ciudad de Alb'han, pero el tiempo nos ayudara, además ya se han terminado las lluvias asi que no nos tomara mucho tiempo llegar ahí.

-         Cree que llegemos a tiempo para la ceremonia de iniciación.

-         ¿Aun sigues preocupado por eso?

-         Yo solo... quiero....

-         Aun faltan unas semanas, no seas ansioso.

Tres jovenes pasaron cerca de ellos, tan veloces que apenas vieron de quien se trataba, en lo alto los veian montados en sus águilas.

-         ¡Vaya! que asombroso.

-         Esos chicos. ¡Acaso sus padres no les enseñaron a ir con cuidado!

-         Padre, ¡los viste!, son... ¡los guerreros águila!

-         Esos chicos solo causan problemas en donde quiera que están... ¡Mira todo el desastre que hicieron!, ven ayúdame a levantar todo esto.

-         Padre, ¿Cuál cree que sea el animal que me otorgaran los dioses?

-         Lo más probable es que sea una lagartija.

Su padre tomo un pañuelo y lo golpeo en la cabeza.

-         Ayudame con todo esto, deja de distraerte con esos jóvenes.

Miestras recogia las figuras de barro, Atl seguía asombrado viendo al cielo mirando como esos jóvenes montaban su animal espiritual.

El padre de Atl susurraba y fruncia el seño.

-         Solo espero que no seas como esos muchachos, mira nada mas lo que causaron... ¡Rompieron varias de mis hermosas figuras!

-         Padre... Recuerde lo que siempre me dice, "no guardes en tu corazón rabia hacia los demás". –su padre repitió las últimas palabras.

-         ¡Los jóvenes de Tzun'Tzan, no tienen ningún respeto por los demás!

-         Me gustaria, un dia poder volar sobre un águila, seria divertido ¿No lo cree padre?

Salieron de Tzun'Tzan y se dirigieron al sur, llegaron a la ultima ciudad.

-         ¿Cuantas perlas de jade gano esta ves padre?

-         Lo suficiente para cambiarlas por una buena comida.

-         ¡Mire!... ahí hay un puesto de comida podríamos comer algo.

-         Esta bien, deberíamos descanzar llevamos cuatro horas caminando.

Un hombre alzaba la voz para llamar a las personas

-         ¡Bienvenidos, todos sean bienvenidos pasen, pasen grandes señores han provado nuestra comida, solo la nación del aire puede ofrecerles comida delisiosa, adelante, adelante, entren!

La gente que pasaba se sentía atraída por los olores que salían de ese lugar.

-         Parece que es un lugar muy conocido, espero hagan buena comida.

-         No recuerdo haberlo visto antes, entremos a ver.

-         ¡Gran señor, adelante! Tome asiento, parece que ha sido largo su viaje, hacia donde se dirigen, no habra comida mas delisiosa que la nuestra.

-         ¿De que ciudad vienen?

-         Somos de la nacion del agua. –respondio Atl.

Un silencio se noto dentro de todo el ruido que habia.

-         Solo somos comerciantes... lo ve. –señalo las canastas que habia fuera.

-         No importa, no importa, ahora les traere algo de nuestra comida.

El hombre llego despues de un rato, con olores muy deliciosos. Cuando Atl y su padre estaban apunto de comenzar a comer unos jóvenes entraron e interrumpieron la armonía y la ralegria de la gente que ahí se encontraba.

-         Grandes jóvenes, pasen... pasen...por aquí...

-         Queremos el sitio este vacio.

-         Como dice...

-         Nuestras águilas tienen hambre, deben ser alimentadas.

-         Cu... Cu... ¿Cuáles águilas?

Tres águilas entraron al lugar y se postraron sobre la comida, ese acto enfurecio y proboco el enojo de la gente, pidieron a  a los jóvenes a que se fueran. Sus majestuosas águilas levantaron sus alas y dieron un grito, la gente se asusto, execto Atl que parecía sorprendido de ver a esas águilas tan de cerca, sus plumas brillaban cuando la luz del sol chocaban en ellas.

-         No puede tener a sus animales espirituales en este lugar, aquí solo pueden entrar personas. –dijo el hombre cuidando sus palabras.

-         Solo queremos alimentarlas, ¿Cuál es el problema con eso?

-         Pero en este lugar solo se sirven comida para personas, las águilas se alimentan de... de animales mas pequeños.

-         ¡Esta diciendo que no le alimentaran a nuestras águilas! –dijo uno de los jovenes con voz pronunciable.

-         Yo... Yo...

Maestros del Espíritu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora