Capítulo 5

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Persiguieron a Atl y corrian entre las personas, haciendo destrozos, la gente les gritaba a esos jóvenes rebeldes, Atl esquivaba a las personas y sus lugares de venta, los otros jóvenes en cambio corrian y chocaban contra las cajas de madera tirando todo a su paso.

- ¿Creiste que escaparias?

- ¿Por que me persigues, yo no te he hecho daño?

- Necesito tu brazalete, y lo quiero para mí.

- Esto me pertenece, tú fallaste la prueba del espíritu, no puedes tenerlo.

- Pero tu brazalete me servirá para entrar en el Telkal'i, donde me convertiré en un guerrero jaguar como lo fue mi padre.

- No permitiré que me quites algo que me pertenece.

- Será fácil quitártelo de las manos. ¡Atrapenlo!

Se lanzaron contra él.

- ¡Suéltenme!... ¡Ayuda!

- No hay nadie alrededor, nadie te escucha y nadie vendrá por ti...

- ¡Devuelmemelo!.... eso es mio.

- Con esto podre cultivarme en el camino del guerrero jaguar.

Los jóvenes sonreían malisiosamente. En eso, uno de ellos recibió un golpe en la cabeza, con una mazorca y el resto también.

- ¡Déjenlo en paz!

- Tú... ¿quién eres?

- Liberenlo ahora o... llamare a alguien.

- Niñita, será mejor que regreses a casa.

Los jóvenes rieron y confrontaron a la joven, vieron que también tenía un brazalete de aceptación, cuando lograron atraparla, se lo arrebataron.

- Solo nos queda quitarle a otro brazalete a un escuincle como ustedes para que nosotros podamos irnos al Telkal'i. ¡Parece que los dioses se están divirtiendo al elegirlos a ustedes!

Los joves reian, miestras Atl y la joven trataban de desatarse.

- ¡Dejanos ir ahora!

- ¡Nada de eso, aquí se quedaran hasta que la ceremonia termine! Estonces nosotros buscaremos a un maestro que nos guie.

- ¡Ustedes no tienen una alma espiritual! Los maestros lo sabran en el primer momento en que los vean.

- Solo hace falta esto y con el no importa, si tienes o no, un alma espiritual.

- Yo no estaría tan seguro. –una voz mayor irrumpio el lugar.

- ¿Quién es usted?

El hombre solo le basto hacer un movimiento con sus manos para desatar a Atl y a la joven, y para atar de pies y manos a los chicos que les causaron problemas.

- Maestro, estos chicos... nos han cuasado problemas, ellos querían tomar nuestros brazaletes para entrar a al Telkal'i.

- Tranquilo lo he visto todo.

- ¡Gran maestro liberenos por favor! ¡Esto es un mal entendido!

- Joven princesa, ¿se encuentra bien?

- Pri... prin... ¿Princesa? –repitieron sorprendidos.

- ¡Oh gran princesa!... perdonenos...

Los jóvenes se inclinaron ante ella.

- ¿Eres la princesa?

Atl pregunto sorprendido y ella le respondio con una sonrisa en su rostro.

- Ustedes jóvenes, han cuasado problemas ¿Cómo responden a sus consecuencias? –cuestiono con su autoridad.

- ¡Perdone a estos tontos! Gran maestro ¡no lo volveros a hacer!, hemos sufrido el mal camino del urto, por favor ¡perdonde nuestras acciones!

- ¡Tomen!... esto les pertenece.

- ¡Gracias maestro!... por ayudarnos con estos chicos.

- Ahora veremos que hacemos con ustedes.

Atl y la joven salieron de aquel lugar.

- Olvide agradecerte por intentar salvarme.

- Al final no funciono del todo.

- Perdona el atrevimiento pero ¿Cuál es tu nombre?

- Me llamo Itzel. –dijo sonriendo.

- ¡Tu padre es el gran gobernador! ¿Qué se siente ser una princesa?

- En realidad yo... no creo que....

- ¡Joven princesa, la hemos buscado donde se encontraba! ¿Quién es el?

- Es solo un amigo, no tienen por que preocuparse.

- El gran gobernante pide verla para felicitarla.

- Me tengo que ir, pero pronto nos veremos.

La joven princesa fue llevada por los sirvientes de su padre.

- Maestro... ¿Qué le sucederá a esos jóvenes?

- Los llevare a al K'alpuli, ahí permanecerán hasta que aprendan a ser unos buenos cuidadanos, jóvenes rebeldes como ellos requieren de disciplina y ahí la tendrán que aprender.

- Siento pena por ellos.

- ¿Aun sientes pena por ellos despues de lo te hicieron? Parece que eres un buen muchacho lo suficiente para ser engañado por otros.

- Mi padre me he enseñado que no debo guardar malos sentimientos hacia las personas en mi corazón. –dijo orgulloso.

- ¿Quien es tu padre? Parece una buena persona.

- El es... es solo un simple comerciente de figuras de barro, maestro.

- Bien, espero conocerlo un dia.

- Maestro... tengo que retirarme tengo que volver a casa.

- ¡Esta bien!... Buscame cuando estes en el Telkal'i.

- ¿Como me debo referir a usted maestro?

- Mi nombre es Ik'an, maestro del espíritu del agua.

- Estare honrrado de recibir sus enseñanzas, maestro Ik'an.

- Te veo pronto en el Telkal'i.

- Hasta luego, gran maestro.

Atl regreso a su casa con una sonria en el rostro.

Maestros del Espíritu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora