capitulo 20

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Los peligrosos caminos hacia la Nación de Fuego estaban rodeados de altas montañas y enormes acantilados y todos iban a dar a un enorme rio.

Las noches eran más frías que las que conocían, y el día el calor era como mil calderos de fuego encendidos.

Desgastados de energía decidieron acampar cerca de un rio que nacía de una cascada, Atl a pesar del miedo que le tenía al agua, era capaz de apreciar la belleza del lugar al cual habían llegado.

Atl había ido solo a buscar comida, camino entre aquellos arboles gigantes y cuando quiso regresar se encontraba perdido, pero pudo crear una bengala que iluminara su camino y miro a las estrellas para que lo guiaran.

Llego a un lago que parecía tranquilo, por la neblina de la noche, un rugido lo alerto, el llanto de un bebé lo hizo acercarse a las orillas del lago.

─ ¡La bestia de espinas y cinco garras! –exclamo.

Aquella bestia se lanzó contra él. Atl corrió a esconderse pero la bestia tomo su tobillo con su larga cola. Atl la hirió con su daga y encendió una bengala para intentar ahuyentar a la bestia, pero la bestia era astuta.

No quiso lastimar a la bestia, pero no permitiría que ella le hiciera daño, uso movimientos para bloquear los ataques. Atl recibió un rasguño en el pecho, el filo de sus garras hizo que su piel ardiera.

Atl libero su fuego de color. La imponente mirada de la bestia lo asecho. Atl lanzo golpes espirituales haciendo que la bestia retrocediera nuevamente a las profundidades del rio.

Regreso con los demás, después de hallar el camino.

─ ¡Atl!... ¿Qué te sucedió? ¿Por qué estas herido?

Todos se mostraron preocupados y se acercaron para ayudarlo.

─ ¡La bestia de cinco garras, Me ataco!.

─ ¿¿Que?? ¿La bestia de cinco garras? ¿Creí que solo era una leyenda? ¿Estás seguro de lo que viste?

─ Su herida... Nunca antes había visto algo igual.

─ ¿Crees que podrás curarla?

─ Lo intentare.

Itzel uso su fuerza espiritual para curar la herida de Atl, pero su cuerpo la rechazo y termino hiriéndola.

─ ¿Qué pasa?

─ Parece que tu herida...

─ Fue provocada por una bestia espiritual malvada, necesitamos que una sacerdotisa trate tu herida o si no...

─ Si no ¿Qué?

─ Si no será demasiado tarde. –dijo Xaove.

─ Pero donde encontraremos a una Sacerdotisa, estamos en medio de la nada, y aun nos hace falta recorrer varios días para llegar a la nación de fuego, sabía que no debías ir solo, pero insististe. 

─ Tranquila no es tu culpa.

─ Pero si hubiera ido con alguien más...

─ Ese alguien también estaría herido.

La herida de Atl se veía cada vez más grande.

─ ¿Qué haces?

─ Le otorgare parte de mi energía.

─ ¿Estás loca? Aun no lo dominas la técnica, olvidas lo de la última vez.

─ Si no lo hago puede que...

─ ¡Miren!

Todos quedaron asombrados, las heridas de Atl comenzaban a sanar lentamente por si solas, su fuego de color cerraba su herida.

Maestros del Espíritu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora