Min Yoongi es un Alfa arrogante, prepotente y estúpidamente segado por su odio a los Omegas. Los cuales, siempre ha deseado mantener a varios metros de distancia.
Él está harto de ellos. No solo por su aroma dulce, sus chillonas voces o sus insopo...
— ¡¿Qué?!—Exclamó Hoseok sorprendido, después de escuchar lo que Jimin le había dicho —¡¿Nadie sabe quién eres en realidad?!—preguntó, viendo al menor negar —, pero ¿Por qué?
El Omega suspiró con pesadez y se levantó de la cama para comenzar a caminar en circulos alrededor de la mesa.
Estaba cansado de dar la misma explicación a todos desde que llegó a Corea, pero no podía dejar a su amigo con la incógnita. Tenía que decirle la verdad y pedirle su apoyo para guardar el secreto.
— Porque no quiero que nadie lo sepa—respondió Jimin después de unos segundos —. Nadie en la industria me toma en cuenta por lo que soy realmente, así que por eso quise inventar un disfraz que me ayudara a hacer amigos de verdad —explicó —; Estoy harto de que me adulen solo por ser una superestrella y que me quieran solo por mi fama y dinero; Yo quiero personas que estén a mi lado de manera incondicional y me alienten en cada una de mis metas; no gente hipócrita que viva una vida sin sentido.
— ¿Así como lo era Beakyung? —preguntó Hoseok en sonido lastimero, viendo como el menor bajaba la mirada y detenía sus movimientos.
Una lágrima recorrió por las mejillas del Omega sintiéndose extremadamente triste al escuchar el nombre de su difunto amigo.
Beakyung había sido una de las mejores personas que había conocido en toda su vida y quién por si fuera poco se convirtió en su mejor amigo durante la época de su adolescencia.
Él siempre solía visitarlo todos los días a la Mansión Park para enseñarle pasos de baile y ayudarlo con sus rutinas de ejercicio. Ya que durante algún tiempo (en la primaria y secundaria), había sido un niño gordito y retraído.
Jimin amaba a Beakyung. Lo amaba tanto como a un hermano mayor; No solo por cariño al hablar con él y su manera de tratarlo, sino porque nunca se había burlado de él, ni lo había menospreciado como los demás niños y jóvenes de la institución.
Todo en la vida de ellos dos iba muy bien, hasta que un día Beakyung tuvo un accidente de auto y terminó perdiendo la vida en el momento.
Jimin lloró amargamente por la muerte de su amigo y por varios días no quiso salir de su habitación. Hasta que una mañana nublada y tempestuosa, encontró una carta debajo de su cama relatada por el azabache que lo hizo sonreír nuevamente.
La carta:
“Querido Minnie.
Eres el mejor amigo que he tenido en toda mi vida y aunque nunca te lo he dicho en persona, espero puedas perdonarme por ello; Tú sabes que soy muy tímido para expresar mis sentimientos.
Sin embargo, mi petición para tí en este día especial, es que nunca te riendas por conseguir lo que quieres, aún si las cosas se complican y se ven muy difíciles de conseguir, nunca lo hagas. Porque entonces te darás cuenta de que hay personas valiosas en ésta vida que merecen ser descubiertas.
Prométeme que siempre lucharás por tus sueños y que nunca dejarás de ser el mismo ChimChim dulce y cariñoso que conocí. Prométeme que nunca perderás tu identidad y te volverás una persona amargada llena de rencor y egoísmo.
Yo quiero lo mejor para tí, y sin importar dónde esté, quiero que tú seas feliz. Plenamente feliz.
Atte: Beakyung, tu hyung favorito"
Después de leer aquella nota, el menor prometió que nunca se volvería alguien que no fuera el mismo, ni se pondría en contra de las personas que le hicieran daño. Porque como siempre le decía Beakyung: él tenía un buen corazón; tan noble y puro como un tierno cachorro.
—Sí —respondió Jimin después de unos segundos —, así como lo era él.
El Alfa pelinegro se aproximó al Omega para tomarlo entre sus brazos y abrazarlo cariñosamente. No le gustaba ver al menor en ese estado y mucho menos cuando se ponía a llorar.
Por esa razón había viajado a Corea para estar más cerca de él y brindarle su apoyo incondicional, ya que a pesar de haber terminado su relación de seis años de noviazgo por petición del menor, él todavía seguía amando a Jimin. Y no iba descansar hasta que el Omega lo aceptará nuevamente.
— Está bien, ChimChim— dijo Hoseok acariciando el cabello sedoso del castaño—. No tienes que llorar o ponerte triste — lo miró a los ojos—, yo estoy aquí para cuidarte y protejerte.
—Gracias, hobi — agradeció el castaño—. No sé que haría sin ti y tu cariño; Eres un gran amigo.
—¿Solo eso?— preguntó el Alfa con la voz ronca, antes de tomar la cintura del menor y acariciar con admiración los hermosos belfos de éste —, ¿No soy nada más para ti? —cuestionó intrigado —, porque para mi, tú sigues siendo el gran amor de mi vida.
Tras decir aquello, el Alfa acercó su rostro al menor para intentar besarlo, pero no pudo hacerlo cuando Jimin se lo impidió y colocó un dedo sobre sus labios.
—Lo siento, hobi —dijo Jimin mirándolo —. No quiero lastimarte ni ser duro contigo, pero... —hizo una pausa para jugar nerviosamente con el borde de su camisa —, yo ya estoy enamorado de alguien más.
Los ojos del Alfa se abrieron en sobre manera cuando escuchó aquello y su corazón comenzó a doler. Sin embargo, no dudo en mantener una sonrisa entusiasta en los labios.
Para él era demasiado evidente que el Omega sintiera algo romántico por alguien más después de todos esos años de dada por terminada su relación. Pero aún así, estaba seguro de que volvería a hacer que el menor se enamora de él.
— No me preocupa nada de eso— dijo Hoseok con seguridad.
—¿Q-Qué?—preguntó Jimin sin entender.
— No me preocupa que estés enamorado de alguien más ahora, porque estoy seguro de que te haré cambiar de opinión— aseguró el mayor—; Yo haré todo lo posible para conquistar tu corazón nuevamente, y no me importa que clase de chico sea ese al que amas; yo lucharé por ti hasta el final.
Jimin estaba a punto de decir algo, cuando de repente el pelinegro depositó un pequeño besito en su naricita haciéndolo sonrojar.
¿Ahora que iba a hacer para evitar que Hoseok hiciera una tontería?
