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Las piernas del mencionado temblaron al recordar, y su visión se comenzó a difuminar de forma borrosa. Mientras tanto la mirada del contrario lucía oscura y carecía de vida, al comprobar que uno de sus mayores temores se había hecho realidad, la persona que mas amaba estaba herida, por culpa de la persona que mas odiaba. Incluso después de muerto ese maldito vampiro seguía causando problemas, y ya no podía sentir ira hacia alguien de quien no se podía vengar. Miraba hacia abajo con un tono sombrío.
---No debería haberte hecho recordar eso, perdóname... Pero sabía que me evitabas por un motivo.
Por parte del pelirrojo la voz de Jotaro se deshacía antes de llegar a sus oídos, sustituída por un molesto pitido que parecía rebotar en su cráneo fruto del miedo, mientras cientos de imágenes llenaban su memoria, totalmente desconcertado. Era cierto, esa era la causa de todo lo que no pudo explicar hasta ahora. Dio había roto ese cuerpo y mente y eso le impedía acercarse a nadie más.
---Ha... aha... Así que era esto...
Arrastró una risa floja y nerviosa mientras se cubría el rostro con ambas manos, se sentía tan mal que pensaba que se desmayaría.
---Hey... Está bien... Él ya no puede hacerte daño, ahora estás a salvo.
---¡No, no! ¡No está bien! Por culpa de esto ya no puedo verte de la misma manera, es odioso...
El pelinegro se acercó lentamente, y se sentó a su lado, dispuesto a apoyarle en silencio.
---Se que no puedes evitar tener miedo, pero confío en que saldremos adelante con el tiempo, ¿Vale?
El mas bajo acabó rindiéndose ante el impulso y se recostó sobre Jotaro, cubriendo su rostro en penosas condiciones entre su abrigo, a pesar de haber dormido la mayor parte del día seguía estando agotado. Se mordió el labio de impotencia, consiguiendo aguantar las ganas de llorar.
---Sinceramente no se que ves en un adolescente deprimido como yo, siento haberte causado tantos problemas.
---Kakyoin mírame. Lo estás volviendo a hacer. Se que no soy bueno consolando, pero si tu fueses un problema, yo querría ser la persona mas problemática en el mundo.
El chico sonrió ante aquellas dulces palabras, sabía perfectamente que se le notaba al hablar lo mucho que había practicado para sonar romántico y ganarse sus sentimientos.
---Gracias por estar aquí.
---Un placer.
Jotaro le levantó suavemente la cabeza para mirarle diréctamente por primera vez, sus ojos violetas brillaban mas que nunca. Se apresuró a regalarle un corto y tierno beso en los labios, no era su estilo, pero sería suficiente como para calmarlo.
---Hah ¿Le preguntaste a Polnareff sobre como seducir mujeres?
Aquel comentario le sacó un poco de su papel, no pudo evitar reír, porque eso significaba que sus dotes de ligón funcionaban mas que nunca.
---No se si él es el tipo indicado para estas cosas, sabes que te prefiero a ti antes que a cualquier mujer chillona.
---Jotaro... Se que no tuvimos un buen comienzo, pero, quiero intentarlo otra vez.
Arrastró esas palabras con timidez, esperándose un sermón por parte del mencionado, negándose porque su cuerpo no estaba preparado o algo así, que en parte se cumplió.
---¿Y tu miedo?
---No quiero decir que te vaya a usar para sustituir o superar ese trauma, pero no quiero pensar en Dio cada vez que escucho algo relacionado con el sexo. Créeme, puedo y quiero hacerlo contigo.
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Un Latido ; Jotakak
Fanfiction-Las cerezas y los cigarros son una curiosa combinación ¿No crees? AU en el que Kakyoin sobrevive. Tras la batalla final contra Dio, los dos jóvenes regresan a Japón donde conviven, se enfrentan a varios problemas familiares y se enamoran lentamente...