8. Cigarros

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El pelirrojo había llegado a casa tras un largo camino con Jotaro. Seguía algo desconcertado, con el sabor a tabaco aún entre las encías.
Justo antes de abrir la puerta desenvolvió con cuidado el chicle que le había dado, para disimularlo ante sus padres.

- Nori-kun, hoy tardaste más de lo normal.

- Lo sé, me acompañó Jotaro Kujo desde clase.

Los dos progenitores se miraron entre si con un aura de preocupación, como si estuviesen a punto de decir algo serio. Su hijo alzó las cejas algo desganado, esperando su respuesta.

- ...Creemos que no deberias de juntarte con él tanto.

Su madre le miró con compasión, jugueteando con sus dedos, cosa que molestó bastante al mencionado.

-He oído que no tiene muy buena fama en tu instituto.

Añadió su padre, sin quitar los ojos de su periódico manchado de café.

- Y yo creo que eso son solo bulos y él es mi amigo. Os estáis preocupando demasiado.

-¿Que nos preocupamos demasiado? Te has escapado de casa durante unos tres meses con ese matón y un par de extraños más, y todavía no nos has dicho el porqué. ¿Pretendes fingir que todo está bien?

El hombre posó el periódico en la mesa mientras hablaba con un tono cortante. Kakyoin frunció el ceño, ya habían hablado de eso, odiaba que volvieran a mencionar el tema o metieran en problemas a sus amigos. El viaje había arruinado significativamente su relación con su familia y ambos los sabían.

- No tengo porqué decir nada, estoy aquí y estoy bien, eso es lo que cuenta.

-¿¡Tienes idea del daño que nos has hecho?!

Su madre derramó un par de lágrimas frías, estallando en llanto tras esa frase quebradiza. Segundos después se calmó y trató de respirar profundamente, dejándo alertas a los dos hombres de la sala.

- Al menos dinos ¿Quien es ese Jotaro?

Suspiró al ver como Kakyoin evitaba la pregunta y subía por las escaleras dejándoles con la palabra en la boca.

- Es... un amigo.

Dijo justo antes de cerrar la puerta con ganas y tumbarse en la cama pesadamente, sin importar que aún siguiera en ropa de calle.

- Al menos no se dieron cuenta de que estuve fumando... Joder, lo siento mucho mamá, papá. Pero tengo cosas más importantes en las que pensar.

Dijo para di mismo mientras cerraba los ojos y se llevaba una mano hacia los labios. Seguía con el mismo recuerdo desde que entró en casa.

-¿Un beso indirecto...?

Su boca se curvó ligeramente bajo el tacto de las llemas de sus dedos formando una vaga sonrisa al recordar aquella sensación y la mirada de Jotaro posada sobre él mientras le retiraba el cigarro.

Se imaginó detalladamente cada una de las expresiones que creaba cuando se reía rara vez, como se sentía caminar a su lado. Las veces que le visitaba en hospital, y le daba color a aquellas cuatro paredes blancas que le atormentaron durante su recuperación. Su voz áspera susurrándole mientras dormía. Como se sentiría darle un abrazo, sus caricias...

-...-

Abrió los ojos con rapidez y se levantó de forma brusca espantando esas imágenes de su mente.

-¿¡En que estaba pensado?!-

Se frotó la cara intentando quitar ese leve sonrojo mientras tosía, atragantandose con el aire que parecía hacerse demasiado espeso como para procesar. Suspiró.

Un Latido ; JotakakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora