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Después de cenar, Jimin y yo comenzamos a caminar por la orilla de la playa tomados de la mano, nos besábamos de vez en cuando, todo era perfecto con el.

Sentía las mariposas en mi interior cuando estaba con el, jamás pensé que mi fantasía de estar con él se haría realidad.

— Creo que debería llevarte a tu casa— se detuvo y me rodeó la cintura.

— No quiero— dije sobre sus labios.

— Bonita no quiero que tu mamá se moleste— reí por su forma de ser, tan correcto, tan el.

— Mi mamá aún no regresa Jimin así que tranquilo, quiero estar un rato más contigo— lo abracé y escondí mi cabeza en su cuello aspirando el rico olor de mi novio.

— Está bien pero solo un rato más, no quiero que duermas poco por mi culpa— acariciaba mi cabello mientras nos abrazábamos.

— Si fuera por mi no dormiríamos en toda la noche— susurré en su oído y trago duro al sentir mis manos acariciar su pecho.

— No digas eso...— me separé y vi sus mejillas rojas, amaba como se ponía rojito por cosas así.

— Es porque tengo un novio muy hermoso y sexy, ademas de tierno— le di un corto beso y puse mis brazos por su cuello.

— No soy sexy— se quejó.

— Ah no? Enserio quieres que te demuestre que tan sexy eres? Porque me encantas Park Jimin— lo volví a besar pero esta vez más descaradamente.

Correspondió mi beso de igual manera, sentía su lengua jugar con la mía, apretó mi cintura más a su cuerpo y sentí mi cuerpo vibrar por su tacto, baje mis besos a su cuello mientras él jadeaba suave.

— C-creo que debemos irnos— susurro con voz agitada.

— Eso crees?— susurre en su cuello y volví a besarlo.

— S-si— dijo y me separo de él de manera suave y me beso cortamente.

Asentí y fuimos de nuevo al auto, mientras íbamos a mi casa empezó a llover, creímos que pararía pronto pero no, se hacia más fuerte. Estacionó el auto afuera de mi casa y cuando intento bajar para abrirme la puerta lo detuve.

— Quiero que te quedes— pedí poniendo mi mano sobre la suya.

— No creo que sea correcto— dijo y negué de nuevo, la lluvia no paraba y me preocupaba que sucediera algo camino a su casa.

— Jimin por favor, la lluvia cada vez es más fuerte y es peligroso que conduzcas así— pedí y parecía pensarlo por un momento.

— Pero....—

— Jimin no haremos nada — dije y asintió.

Tuvimos que correr para no mojarnos y al entrar en casa le di a Jimin una toalla para secarse la ropa. Lo lleve a mi habitación y le di un poco de ropa de Eunwoo, siempre dejaba ropa cuando hacíamos pijamada y a veces la usaba para dormir ya que era grande.

— Gracias, puedo usar tu baño?— pregunto.

— Jimin te he visto desnudó antes así que cámbiate aquí— dije y negó.

— No creo que....

— Sea correcto? No pasa nada, te dije que no haríamos nada — dije interrumpiéndolo.

Asintió y empezó a desvestirse, se giró antes de hacerlo para no verme y observé como se sacaba tímidamente la ropa. Ya que estaba de espaldas aproveche en girar para sacarme el vestido también y me puse un blusón que me llegaba hasta arriba de las rodillas, usualmente dormía en ropa interior pero no quería incomodarlo.

Cuando giré Jimin ya había terminado de cambiarse y al parecer había visto todo mientras me cambiaba, me miraba nervioso y podía jurar que también algo excitado.

— Vamos a la cama?— pregunte y asintió.

Mientras me acomodaba en la cama Jimin me rodeo con sus brazos para atraerme a su pecho, lo abracé también y comencé a delinear círculos sobre su pecho, el era tan cómodo.

— Estas cómoda?— me miró preocupado.

— Si, estoy muy cómoda — escuche salir una pequeña risa de sus labios.

— Me gusta estar así contigo______— me dio un pequeño beso en la frente.

— A mi también— me acerqué a sus labios y le di un pequeño beso.

Después de charlar un rato, me quede dormida. No se cuánto tiempo habría pasado pero al despertar aún seguía siendo de noche y me encontraba dándole la espalda a Jimin, quien me rodeaba con sus brazos por mi cintura, me moví un poco para lograr acomodarme bien y cuando lo hice algo choco con mi trasero, no podía ser posible.

Me moví una vez más y era más claro, Jimin tenía una erecccion, cuando giré un poco lo vi algo incómodo removiéndose, tenía los ojos cerrados pero se veía incómodo, volví a girar dándole la espalda y quise alejar esa ereccion pero no podía, sentía la necesidad de frotarme a él y por más que quería evitarlo mis ganas de sentirlo eran más fuertes.

No te frotes, no te frotes— pensaba.

Sin poder evitarlo comencé a frotarme en el, sentía como su ereccion golpeaba mi trasero, aguantaba los jadeos sobre la almohada, segundos después sentí como Jimin tomaba mis caderas y detenía mis movimientos.

— _______— jadeó.

— Lo siento, lo siento— dije sin girar.

— _______ no— hablo con voz ronca.

— No debí hacerlo Jimin te prometí que no haríamos nada lo siento— volví a decir pero sentí como me acercó más a su cuerpo.

— _______ no quiero que te detengas — jadeó de nuevo sobre mi cuello.

Mi chico tiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora