Me levanté temprano a la mañana siguiente, me di una ducha y salí del departamento. Francia ya no estaba cuando salí. Caminé hasta el restaurante, ahí ya había varios empleados afuera.Uno de ellos me reconoció y se acercó a mí
—Lo siento, señorita, pero abrimos hasta las nueve.
Reí
—No vengo a comprar. Hoy es mi primer día aquí, soy la nueva empleada, la que cubrirá el permiso.
—Oigan—gritó—ella cubrirá a Ramiro
—Espero que sea mejor y más rápida que ese idiota—comentó un chico recargado en la pared fumando un cigarrillo. Era moreno, delgado y de cabello negro azabache.
No pude evitar reírme
— ¿Qué le pasó? —le pregunté al chico que tenía frente a mí.
—Se resbaló con un plato de sopa que se le cayó y se lastimó la mano.
—Pobre hombre
—Él se lo buscó por distraído
Llegó el mismo chico que me atendió ayer. Supuse que él era el gerente o al menos el encargado.
Me miró
—Australia. Necesito que vengas a mi oficina.
Asentí y lo acompañé.
Entramos a la pequeña oficina, estaba lleno de archiveros y apenas cabía él y su escritorio. Parecía más una bodega, se sentó en la silla frente a su escritorio, él me señaló la silla del otro lado para que hiciera lo mismo. En su cajón comenzó a buscar algo, supuse que sería mi contrato.
—Aquí está—dijo en voz baja
Sacó las hojas y las puso sobre el escritorio.
—Este es tu contrato, por el tiempo que trabajarás con nosotros—lo pasó a donde estaba yo.
Lo tomé y comencé a leerlo. Especificaba mi salario, mis horarios de trabajo y que mis turnos serian rotativos.
Al terminar de leerlo, lo firmé.
—Bien—sonrió—Bienvenida oficinalmente a la familia del Qué sabroso—Ahogué una risa al escucharlo decir eso—Sólo serás mesera, así que no creo que tengas problemas con el entrenamiento. Suerte.
—Gracias—me levanté y salí de la oficina.
Al salir, el chico que le dijo idiota a Ramiro, me aventó un mandil, lo atrapé con agilidad.
—Por lo menos, tenéis mejores reflejos que Ramiro—rió—esta es la comanda, si hay dudas pregunta ahora
La revisé
—Todo perfecto
—Bien, tus primeros clientes te esperan—señaló una mesa que estaba en la esquina del lugar.
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Australia
General Fiction(Completa) ¿Cómo superas la pérdida de un gran amor? Después de la muerte de Gonzalo, Australia toma la decisión de mudarse a Madrid, para continuar con sus estudios. Ahí aprenderá a dejar ir y entre risas, llanto, pláticas y canciones de bar recup...