Capítulo cinco

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Necesitaba, sin duda, encontrar algo que hacer en ese tiempo de espera, porque no estaba acostumbrada a estar sin hacer alguna cosa

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Necesitaba, sin duda, encontrar algo que hacer en ese tiempo de espera, porque no estaba acostumbrada a estar sin hacer alguna cosa. Toda mi vida fui una chica muy activa, siempre estuve en clases de algo o trabajando, así que precisaba poner en práctica algún pasatiempo o buscar un empleo de medio tiempo.

Era sábado. Los días pasados fueron aburridos, así que decidí esa mañana levantarme e ir a explorar la ciudad. En días pasados, Francia se había ofrecido a mostrármela; últimamente estaba demasiado ocupada en su trabajo, además hoy era su cita con su enamorado misterioso y no quería distraerla, así que me arreglé y decidí irme, aunque probablemente me perdiera. Guardé en mi celular la ubicación del departamento, por si eso llegaba a pasar.

Al estar esperando el elevador, me encontré con Johnson, quien vestía ropa deportiva.

—Buenos días, Australia—pronunció mi nombre en inglés.

—Buenos días, Johnson—sonreí— ¿Todos los días sale a correr?

Asintió

—Es lo mejor que encuentro para despejar mi mente

El elevador se abrió. Entramos.

— ¿Darás un paseo? —preguntó al ver que llevaba una pequeña mochila en la que traía mi cámara. Mi paseo me serviría para tomar fotografías para mi blog.

—Sí— Decidí usar sus mismas palabras— Es lo mejor que encontré para despejar mi mente.

Él sonrió

— ¿A qué parte irás?

—No lo sé. A dónde me lleve el viento o el transporte—sonreí. Era verdad no sabía a dónde ir.

—Te recomiendo Puerta del sol, es un buen lugar para comenzar a conocer Madrid, si te gusta walk—hizo un gesto extraño al decir la palabra en ingles—Sorry, pero el español no es mi lengua.

—Descuide, le entendí perfectamente. Y sí, me gusta caminar, gracias por la recomendación.

—Puedes tomar el subway y te bajas en la estación que se llama sol. ¿Ya desayunaste?

Negué con la cabeza

—Hay una chocolatería que se llama San Ginés. Te la recomiendo mucho.

—Gracias

Las puertas de abrieron

—Que tengas un bonito paseo.

—Que despeje su mente con el ejercicio—me despedí con la mano.

Caminé con rumbo a la estación del metro. Afortunadamente, Francia vivía en un lugar con una muy buena ubicación, había una estación cerca, sólo esperaba no tomar el equivocado

Por fortuna, me supe guiar bien con los mapas de las líneas del metro que había en la estación y llegué sin complicación a Plaza del sol.

Era temprano, así que no había muchas personas. Era un lugar concurrido por todas las personas que iban a trabajar.

AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora