🚬ʟɪʟᴀᴄ ɴᴀɪʟs

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Pasaban de las dos de la madrugada, Eddie sostenía delicadamente la mano izquierda de Richie, mientras que pintaba con el barniz lila las uñas de este mismo

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Pasaban de las dos de la madrugada, Eddie sostenía delicadamente la mano izquierda de Richie, mientras que pintaba con el barniz lila las uñas de este mismo. El azabache observaba tranquilamente la escena mientras que sacudía su mano derecha para ayudar a que el esmalte secara.

—¿Tienes hambre? podemos bajar por comida.—sugirió el mayor.

—Estoy bien, Rich. Gracias—sonrió, prestando atención a la canción de fondo, la cual sonaba a un volumen bajo para que solo fuese audible para ellos, pues no querían despertar a los padres de Richie que dormían al otro extremo del pasillo.

Richie asintió y una vez que Eddie terminó de aplicarle la pintura para uñas, las dejó secar.

—Bien, mi turno— anunció el pelinegro, tomando la pintura lila y una de las manitas de Eddie para comenzar a pintar sus uñas.

El castaño dejó salir un bostezo, ya era bastante tarde para su gusto, pero después de hacer las compras Wentworth pidió a Richie que guardara todo lo que habían traído en la alacena, y por supuesto que Eddie se ofreció a ayudarlo. Después de eso, no recuerdan que fue exactamente lo que hicieron para que las horas pasaran tan rápido.

—Me gusta esta canción, ¿cómo se llama?

—"Can't take my eyes off you" de Frankie Valli, lindo.

El castaño sonrió ante el apodo.— La letra es hermosa, me gusta el ritmo— dejó que Richie tomara su otra mano para pintar sus uñas, y agitó sutilmente la que ya estaba lista para ayudar a que secara más rápido.

—La puedo agregar a la cinta que te regalé, si eso quieres.

Asintió sonriente— gracias, Rich.— volvió a bostezar, esta vez cubriendo su boca con una de sus manos. Richie lo miró enternecido y cerró la el esmalte con el que justo acababa de terminar de pintar las uñas del castaño.

—Muy bien Eddie, el salón de belleza ha cerrado...y esta belleza tiene que descansar— dijo refiriéndose al castaño y tomándolo por el mentón— así que hazme el favor de acostarte y descansar esos ojitos tuyos tan bonitos, ¿okay?—dejo un besito en los labios del contrario y caminó a la puerta de su recamara—yo voy a la cocina por algo de comer, pero no tardo.

—¿Dormir? Pero no tengo sueño— replicó

—Eddie, tus bostezos son tan grandes que te podrías tragar a tu mamá de uno solo.— rió cubriendo su rostro con ambos brazos al ver que Eddie le había lanzado un cojín directo a la cara, luego de esto salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

No muy convencido el castaño se enredó entre las sábanas, dirigiendo su mirada a la pared junto a él, dispuesto a esperar a que Richie volviera. La habitación estaba fría, y solo se escuchaba el ruido proveniente de algún grillo en el jardín. El sentimiento de soledad llegó a su cuerpo por un momento, agradecía saber que el azabache volvería en cualquier instante y terminaría con aquella sensación de frialdad. Si no fuera por su novio, posiblemente estaría durmiendo solo en su propia habitación; pero allí estaba, en la residencia de los Tozier, esperando por el chico que tanta tranquilidad le brindaba.

𝐂𝐢𝐠𝐚𝐫𝐞𝐭𝐭𝐞𝐬 ||reddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora