𝐂𝐢𝐠𝐚𝐫𝐞𝐭𝐭𝐞𝐬 ||reddie

🚬ʙᴀᴋɪɴɢ ᴅᴀʏ

[Cuatro meses después]
Marzo, 1986

Primer día del regreso a clases, el último año de escuela de los perdedores iniciaba con la abrazadora brisa calurosa. No había más lluvias, ni pistas de hielo; en lugar de estas corrientes de agua caudalosas y un sol que podría acabar con la vida de cualquiera sin uso de protector solar.

Eddie pasaba por el pasillo camino a su clase de arte. Le echó un ojo al mural escolar, notando así que había vacantes para el equipo de fútbol americano de la escuela.
Siempre quizo practicar un deporte. Algo dentro de él le decía que sería bueno, sin mencionar que años atrás él solía jugar con Bill y su padre, hasta que su madre le prohibió hacerlo.
Al parecer, tener asma implicaba no poder practicar deportes.

Leía la solicitud cuando una mano tocó su hombro.

—Yo amaría tener un novio deportista— reconoció la voz de Richie a sus espaldas, y sonrió por ello—. Buenos días, enano— dejó un beso en su mejilla.

—Hola, Rich— devolvió el beso a Tozier de la misma manera—...no estoy seguro, a mi mamá le daría un infarto si ve a su hijo con asma jugando fútbol. Ya tengo suficientes problemas con ella como para seguir avivando el fuego— negó con la cabeza, apretando los labios.

—Vamos, Eds. Sólo nos queda un año de escuela, después iremos a la universidad, y cuando terminemos conseguiremos un trabajo; quizás esta sea tu única oportunidad de practicar un deporte. No te limites.

Eddie pareció pensarlo.

—¿Crees que me aceptarían?, es decir, por lo del asma y eso...

—No sabremos si no lo intentas—sonrió—el lunes harás la prueba, yo me quedaré contigo.

—No lo sé, chee...

Richie exhaló con pesadez, y le dio una mala mirada. Volvió a tomar aire, sujetó a Eddie del brazo y comenzó a sacudirlo diciendo "vamos, Eds, inténtalo, inténtalo, inténtalo, inténtalo, ¿siiii?" Eddie miraba al techo, sintiendo su cuerpo siento sacudido por el azabache bruscamente. "Yo te traigo, ¡vamos, inténtalo, seguro que quedas!" besó su mejilla fugazmente.

Eddie ya había decidido que lo haría. Pero era divertido ver a Richie rogarle cual niño rogando a su madre por un dulce.

Richie se aproximó a su rostro, y fue entonces dónde entró en nerviosismo. Por suerte habían pocas personas en el corredor, y ni siquiera les estaban prestando atención, pero no podía evitar que la piel se le pusiera de gallina cuando Richie tomaba tan poca distancia en un lugar público.

—Por favor—su nariz tocando la punta de la de Eddie, quien lo miró pasmado con ojos grandes y mejillas carmesí.

—Richie, hay gente viendo— musitó con nerviosismo.

—Quiero un novio deportista, Eds.

Eddie con un ligero sonrojo, apartó a Richie y rió.

—Está bien—aceptó, haciendo a Richie sonreír—las pruebas son a las seis, la próxima semana, pasa por mi— poniéndose se puntitas, besó la mejilla derecha del azabache de nuevo y siguió con su camino, antes de que se retrasara aún más para su clase de arte.