🚬ᴛʜᴇ ᴘᴀʀᴛʏ

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Medio día del martes, tenues rayos de luz se colaban por las cortinas entre abiertas de la ventana de Richie Tozier

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Medio día del martes, tenues rayos de luz se colaban por las cortinas entre abiertas de la ventana de Richie Tozier.

Eddie, a su lado, le daba la espalda aún durmiendo plácidamente. Richie se recargó en su brazo derecho para ponerse de lado, y poder apreciar mejor al menor.
Los rosados labios de Eddie estaban entre abiertos, sus ojos livianamente cerrados y una de sus manos al costado de su cabeza.
Richie se limitó a dar un modesto beso en su mandíbula, apenas un roce.

—Deja de mirarme como un raro y abrázame— musitó el castaño con voz de adormitado.
Richie, obediente, paso su brazo alrededor de Eddie, atrapando su mano y entrelazando sus dedos— ¿Qué hora es, Rich?— vociferó mientras acariciaba la mano del contrario con su pulgar.

—Un poco más de las 12...

—¡Mierda, la escuela!— se reincorporó de golpe, quedando sentado en la cama.

—Cálma, Eds. Mi mamá vino y me dijo que avisaría que íbamos a faltar— tomo asiento junto a Eddie, y este soltó un bostezo antes de recostar su cabeza sobre su hombro— supongo que inventará alguna excusa o yo que se.

—Si mi mamá se entera va a enloquecer— gruñó cansado contra el hombro del pelinegro, luego alzó su vista hacia el rostro de Richie, quien lo veía desde arriba. Lo cubrió con una de las mantas que la señora Tozier les había entregado anoche y lo inspeccionó con una miradita—. Cúbrete, Rich, está helando. No quiero que te resfríes.

Richie pegó sus labios a la frente de Eddie, quedándose ahí un par de segundos antes de volver a acostarse, jalando al castaño consigo.

—No se enterará, Eddie—. Se acercó con cautela al rostro de este último, con el propósito de dar inicio a un beso, pero el castaño lo apartó con una mano en su pecho.

—Uh-uh, lávate la boca primero— negó con gracia, mirando a Richie de forma burlona, mientras jugueteaba con la camiseta blanca del contrario.

—Shhh—calló, aproximándose aún más a Eddie, con una sonrisilla en su rostro— lo spaghettis no hablan.

—Tampoco besan—. Evadió los labios de Richie girando su cara hacia el otro lado de la habitación.

—Ah, ¿si?— encorvó una ceja, seguidamente removió la sábana del cuerpo de ambos para recostar al menor sobre la cama, y comenzar a hacerle cosquillas.

Eddie soltaba fuertes risotadas, retorciéndose en el colchón con el peso de Richie encima de suyo, manteniéndolo atrapado con sus larguiruchas piernas que se posaban a sus costados.

—¡Richie! ¡para!— gritó entre risas— ¡Juro que voy a— dió una carcajada e intentó alcanzar las manos del pelinegro para alejarlas de su cuerpo, fallando en el acto— ...voy a matarte!

—¿Lo harás, Eddie bonito?— sujetando ambos brazos de Eddie a los costados de su cabeza, Richie inició dando besitos en la mandíbula del castaño, sintiendo la mirada nerviosa del castaño sobre él, recorriendo el resto de su cara  hasta la comisura de sus labios, amenazando con besarlos.

𝐂𝐢𝐠𝐚𝐫𝐞𝐭𝐭𝐞𝐬 ||reddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora