XXIX

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*POV SETSUNA*

-¿A donde crees que vas?- Hablo proporcionándome un golpe que me envió directamente contra un árbol. -Chica, agárrala, ¡Rápido!- Le ordenó, y ella rápidamente agarro la perla que estaba en el suelo.

-¡Setsuna!- Escuche que me gritaban.

Me reincorpore como pude, apoyándome en la Naginata cuando vi como ese demonio con forma de jabalí venia hacia mi.

-Parece que te cuesta caminar.- Dedujo entre risas. -Al fin y al cabo solo eres una cachorrita bastarda. Un demonio de verdad no le hubiese afectado esa barrera tan débil.- Se burlo dispuesto a volver a atacarme.

Era cierto que me costaba caminar, así que apenas pude esquivar su ataque, aunque con la consecuencia de tener que caerme al suelo.

-¡Setsuna!- Antes de que me volviese a atacar, Moroha intervino lanzando una de sus flechas sagradas.

No logro hacerle nada, ya que la paro sin ningún esfuerzo, pero gracias a eso yo tuve el tiempo necesario para retirarme lejos de el.

-¿Pero a donde crees que vas? Esto solo esta comenzando.- Declaro buscándome con la mirada. -Regare el suelo con tu sucia sangre mestiza y me comeré el objeto tan apetitoso que trae ese muchacho consigo.- Dijo encontrándome.

El extraño comentario que hizo sobre Hisui me ayudo a darme cuenta de que tipo de demonio era. Ese tipo de colmillos que tenia...

-¡Hiraikotsu!-...

Era un demonio devorador de Huesos.

-¡Hisui, no!- Fue demasiado tarde.

Nada mas lanzarlo el demonio se giro abriendo sus fauces. Todos nos quedemos impactados al ver como Hiraikotsu se rompía en la boca de ese demonio. 

En es momento Kirara llego a mi transformada. Ella se quedo a fuera por lo que la barrera no la afecto.

Me monte a ella y con la Naginata en mano me dirigí velozmente hacia el, realizándole un corte limpio en la comisura de su boca, provocando así que parte de su mandíbula quedara colgando y Hiraikotsu cayese al suelo.

-¡Maldita!- Intento decir, cuando un portal con la voz de una mujer intervino.

-Tokotsu, vuelve, y trae a la chica humana contigo.- Le ordeno esa voz femenina.

-Esta vez te has librado, pero la próxima te matare. Hanyo.- Me amenazo pasando con la chica por el portal que rápidamente se cerro.

Al aterrizar con Kirara, en cuanto puse un pie en el suelo mis rodillas cedieron, mostrando involuntariamente a los demás el cansancio que Sentía.

-¡Setsuna!- Grito Hisui corriendo hacia mi. -Setsuna, resiste.- Me pidió agarrándome en brazos para sacarme de la lluvia.



*POV HISUI*

Poco después de ponerla a cubierto las monjas se despertaron aturdidas, y tras explicarles todo lo sucedido con Hiyori, se disculparon por el daño que Hiyori habia echo, dándonos hospedaje, el cual fue rechazado por Setsuna.

Así que en cuanto la lluvia amaino nos dirigimos hacia la aldea de la anciana Kaede. 

Las monjas se seguían sintiendo muy apenadas por lo ocurrido, y nos entregaron un carro con mantas tirado por dos bueyes. 

Takechiyo era quien habia transportado a Moroha, Towa y Saori, pero en el estado en el que estaba no podría, y Kirara, a pesar de que a ella no le habia afectado la barrera por estar fuera, no era lo suficientemente grande para llevar a 5 personas. 

A Takechiyo no lo conté porque apenas pesaba algo. Cosa que me extraño por lo gordinflón que parecía.

Moroha era quien llevaba el carro, y a Saori estaba al lado suyo compartiendo una charla sobre "cotilleos".

Towa estaba dormida junto a Takechiyo arropados por una manta en la parte mas cercana de la carroza, y yo estaba al lado de Setsuna en la parte trasera, sentado y apoyado en las maderas del carro.

-Hisui.- Me llamo acercándose mas a mi. -Siento lo de Hiraikotsu.- Se disculpo apenada. 

Por sus facciones uno diría que lo decía por cortesía, pero a conocía lo suficiente para saber que realmente estaba muy arrepentida.

-No es tu culpa. Debí darme cuenta de que ese demonio era un devorador de huesos.- Le dije restándole importancia.

-¿Que harás ahora?- Me pregunto en referencia a Hiraikotsu, el cual habia sido partido en dos, y ahora estaba siendo transportado junto a nosotros.

Me apenaba que se hubiese roto. Era la arma de mi madre. Cuando me la dio me sentí orgulloso y feliz, ya que eso indicaba que era apto para ser un exterminador de demonios.

Desde pequeño siempre quise ser uno, y pude convertirme en aquello en lo que soñaba gracias a Hiraikotsu.

-No lo se. Buscare una solución en cuanto lleguemos a la aldea.- Le respondí con un suspiro.

-Sabes.- Apoyo su cabeza sobre mi hombro. -Ese ojo morado te queda mal.- Ya casi me habia olvidado de ello. Gracias a su pésimo intento por ser algo mas graciosa me di cuenta. Tube que controlar la risa par que las demás no se dieran cuenta. -Y aun no me has explicado que es lo que estabas soñando.- La risa pronto se convirtió en miedo.



*POV NARRADORA*

"Venerable Kaede-sama.

Me temo que mi partida se acerca. Como usted bien sabe, esta aldea no puede quedar sin una sacerdotisa que atienda la maldición que hay en ella.

Hemos hablado múltiples veces, buscando soluciones, o pistas para encontrar los objetos malditos. Las dagas Kyori y Kinsetsu y la esfera Shitsumei. A pesar de haber conseguido una de las dagas y la esfera, no a sido suficiente para poder evadir el destino que tuvieron mis maestras y las anteriores sacerdotisas.

No planeo darle mas rodeos en esta carta. 

Mi intención es clara.

Necesito una sustituta que mantenga a raya esta maldición, y la e encontrado en su aldea."

Kaede siguió leyendo la carta, incrédula al nombre que habia puesto a continuación.

Luna Creciente Significa RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora