XII

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*POV SETSUNA*

-Si-No-Pa-ras-De-Be-sar-Me-A-ca-ba-re-mos-Ca-yen-do.- Le intente decir siendo interrumpida múltiples veces por sus fugaces besos

-No lo puedo resistir ¡Te echaba tanto de menos!- Dijo consiguiendo de algún extraño modo abrazarme por la cintura. 

Esto pasaba siempre que volvíamos a recordar. 

En cuanto le llegaban los recuerdos se pegaba a mi y no se separaba hasta que volviésemos olvidarnos.

Parecía un niño pequeño haciendo un berrinche para que no le quitaran su juguete favorito por lo que no pude ocultar unas cuantas carcajadas.

-Ese sonido tan hermoso... Lo echaba tanto de menos...- Me dijo sonriente.

-¿Solo ese?- Le pregunte viendo como una sonrisa traviese se le dibujaba en el rostro.

-No.- Se reincorporo peligrosamente girando todo su cuerpo para verme de frente. ¿Cómo lo hacia para no caerse? -También me gusta el sonido que haces cuando "bailamos"...- Susurro juguetón dándome besos en el cuello.

Un estruendoso alarido hizo eco en el aire.

La mujer ciempiés se acercaba.

-Pues como no terminemos pronto con ella, esta noche te quedas sin "baile".- Dije con algo de diversión.

-¡Maldita demonio!-...

De nuevo esa rabia...

Al ver la mirada llena de ira que le dedico, antes de volver a ponerse bien mirando hacia delante para hacer que Kirara acelerase su vuelo. La misma pregunta de hace unas horas me vino a la mente.

¿Sabe el lo que yo soy?



*POV HISUI*

No quedaba mucho para que llegásemos a la aldea de la anciana Kaede.

Al reincorporarme mirando hacia delante le indique a Kirara que acelerase, pues ese demonio comenzaba a ir mas rápido, aunque aun estábamos a una distancia mas que segura.

Mire hacia atrás para volver a ver su bello rostro, pero en cuanto lo hice, esa alegría que habia antes habia desaparecido.

Parecía estar triste. Algo le habia bajado el animo por completo.

-No te preocupes Lunita mía.- Gire la mitad de mi torso para besar suavemente sus labios, recreándome en ellos para después jugar con nuestras lenguas. -No te dejare esta noche sin tu "baile".- Sabia que no era eso lo que le preocupaba, pero era mas fácil que me contase las cosas si estaba relajada, y hacerla reír la destensaba.

-Empalagoso...- Tras unas cuantas carcajadas tímidas, se acerco a mi para abrazarme por la cintura posando sus manos en mi torso y su cabeza en mi espalda y hombros.

-Setsuna ¿Pasa algo?- Pregunte en un tono de voz mas suave. -Si estas cansada, duerme. No te preocupes por el demonio, ya nos ocuparemos de el.- Le ofrecí.

Esta era la única noche en la que ella lograba dormir.

Me lo habia contado poco después de que nos robaran los recuerdos, en una de las primeras Lunas Crecientes que vivimos.

Desde que tenia uso de razón, siempre habia estado despierta, y por mucho que lo intentase jamás logro dormirse. Algo que condicionaba su vida diaria, pues al no poder descansar, no podía volver a recargar energía.

Debía de ser duro vivir así. Me alegraba que en las Lunas Crecientes lograse quedarse dormida. 

Algunas veces me quedaba en vela cuidando de sus sueños, otras dormía junto a ella, y de vez en cuando ambos nos quedábamos despiertos para estar el máximo tiempo posible con el otro.

Lo ultimo era algo que intentaba evitar a pesar de que me encantase su compañía. Pero al ser la única noche en la que podía dormir, quería que descansase por sus salud.

No se como una persona puede aguantar tanto sin dormir.

-No, no es eso...- Hablo declinando mi oferta. -Hisui, ¿Qué opinas de los demonios?- Su voz tambaleo un poco. Era la primera vez que ella dudaba en decirme algo. 

-Opino que han de ser exterminados, todo lo que derive de ellos hay que darle muerte.- Su cara palideció y se descompuso por completo. -¿Setsuna que pasa? Hoy estas muy extraña.- Me queje viendo como me apartaba la mirada. -Tendría que haberte llevado con Kaede justo después de que te desmayaras...- Comente en un murmuro casi inaudible pero que inexplicablemente ella logro escuchar.

No le dio tiempo para ratificarme, pues ya estábamos en la aldea de la anciana Kaede y un alarido mas de la mujer ciempiés nos desconcentro de la conversación.

-¡Dame la perla!- Exigió ese demonio haciendo que Setsuna dejase de abrazarme para girar a verlo.

-Creo que es lo suficientemente lejos.- Dije al ver que habíamos sobrepasado la casa de la anciana Kaede.

-Hisui, me bajaré aquí.- Pronuncio con intenciones de saltar.

¿Por qué nuevamente estaba tan tensa? ¿Qué le pasaba? ¿Le habia echo algo? 

No podía evitar hacerme esas preguntas, ya que de estar regalándonos besos y risa, paso a preocuparse y tensarse por algún motivo.

Quería creer que era debido a la misión, pero algo dentro de mi, me decía que no era así.

-¿Hablas enserio?- Si hacia algo así se mataría por la tremenda altura que nos separaba del suelo.

-Quiere la Perla de mi ojo derecho. Lo usare como ventaja.- Se habia concentrado en hacer la misión, pero sabia que seriedad provenía de otra cosa que era incapaz de ver.

-¡Setsuna!- Para cuando grite ya era demasiado tarde, pues ya habia saltado.


Luna Creciente Significa RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora