Luna Creciente Significa Recordar

XL

*POV NARRADORA*

...

El bosque dejo su color verdoso, para adoptar el color de las llamas en su follaje.

El incendio domino por completo aquel lugar.

Los arboles caían y los animales corrían con pavor para escapar del fuego.

Y de las dos cachorras, ya tan solo podía detectar a una de ellas.

Pero el no era el único.

Quien planeo todo eso iba tras la menor de sus hijas.

Mientras corría hacia ella, buscaba algún rastro de su hija mayor.

Sin éxito alguno.

No encontraba nada que le indicase que seguía viva.

Ni que estuviese muerta.

Simplemente se habia desvanecido.

-¡OTO-SAN!- La habia encontrado atrapada entre el fuego.

Cruzo las llamas y salvo a la pequeña justo antes de que un ataque le alcanzase a Setsuna cortando con un gran tajo su pecho.

-Pero que padre mas responsable.- Se burlo.

-Ella... Oto-san, ella me observaba mientras dormía.- Así es como habia conseguido encontrarlas.

-Usted me dijo que no tenia problema con que incendiara el bosque, pero viniste corriendo hacia ellas.- La estruendosa risa se mezclaba con el sonido del fuego arrasándolo todo. -Te da igual contradecirte con tal de no romper tu orgullo.-

-Setsuna ¿Dónde esta tu hermana?-

-La absorbió un árbol.- Dejo a la pequeña en el suelo, detrás de el, y desenvaino su espada.

-Setsuna, vete.-

La niña asintió con la cabeza y se fue corriendo del lugar esquivando el fuego.

-Ya veo, piensas que eso también e sido yo, ¿No?- Sesshomaru se abalanzo para atacar, y Zero a duras penas pudo parar el ataque. -Me temo que eso no e sido yo, se me fue antes de que le pudiese quitar toda su memoria.- Admitió entre risas. - Si la encuentras no creo que te recuerde.- Sesshomaru volvió a atacar. -Pierdes el tiempo, deberías ir con la única que te queda de las tres antes de que sea tarde.-

Un fuerte grito se alzo, desgarrando el cielo nocturno con su dolor.

Era Setsuna.

El enemigo aprovecho el milisegundo de distracción que tubo escuchando el grito de la ultima hija que quedaba de su prole.

Fue un ataque directo, un ataque que habia dado en su objetivo de pleno.

Un ataque que logro romper la hoja, que salvo la vida de su amada años atrás.

Colmillo sagrado, ahora estaba roto.

La hoja hizo un ruido sordo en el suelo, mientras Sesshomaru seguía teniendo el mango de la espada agarrado con fuerza en su mano.

-Zero... Maldita.- Los ojos de Sesshomaru fueron dominados por el rojo.

-El aleteo de una mariposa lo puede cambiar todo.- 

Sesshomaru no le presto atención a esas palabras, pero mas tarde se acordaría de ellas. Cuando fue a por su hija, y esta ultima no lograba reconocerla.

Pero ante de eso, Zero y Sesshomaru se enzarzaron en un feroz batalla en sus verdaderas formas.

Batalla de la cual Zero salió victoriosa.