XXI

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*POV SETSUNA*

El portal ya estaba abierto.

Por fin podríamos volver a la era Feudal.

El viento que habia dentro del portal nos arrastraba hacia el, y la inmensa mochila de Moroha fue junto al violín, que me acababan de regalar, lo primero que ese estúpido árbol absorbió.

Seguidamente sentí como de mis bolsillos salían las cajitas con los collares...

Eso no lo podía dejar pasar por alto.

-¡Oye! Eso es mío, ¡Devuélvemelo!- Hablo Moroha diciendo lo que yo también pensaba.

Sin dudarlo ni un segundo, ambas saltemos para recuperar nuestras pertenencias.

Poco después sentí el olor de Towa.

Al final habia saltado también a dentro.

Estúpida...

-Moroha ¿De verdad estuvo bien prometerle eso a Nenokubi?- Pregunte.

-Esta bien, si hace falta puedo matar a Nenokubi.- Respondió. -¿Que?.- Su expresión habia cambiado por algún motivo. -Setsuna, ¿Acabas de llamarme por mi nombre?- Dijo incrédula.

Incluso yo misma me sorprendí cuando me di cuenta.

-¿Que tiene?- Al fin y al cabo, ¿De que manera quería que la llamase?

Supongo que pase demasiados días junto a ella.

-No es nada. Esto no es tan malo.- Hablo divertida.

-¡Es malo! Debes cumplir tus promesas. Las mentiras son malas.- Intervino Towa.

-No fue una mentira, fue un medio para un fin.- Eso era cierto.

Una luz cegadora se hizo presente, indicando que llegaba el final de ese túnel mágico. Tras salir de ese lugar, nos encontremos en un sitio extraño.

Olía a madera y a demonio. Juraría que eran raíces a pesar del oscuro tono liliáceo que tenían.

-Que oscuro. Casi no veo nada.- Se quejo Moroha.

-Towa.- Le llame. -Es buen momento para advertirte. En la era feudal, no puedes dudar jamás.- Le dije una vez que tenia su atención.

-S-si.- Respondió algo apenada.

-Si no matas al enemigo, te mataran.- Concluí viendo como su cara se descomponía. Seguramente nunca habia matado nada.

El suelo comenzó a retumbar y una risa demoniaca hizo eco en el extraño lugar. 

Donde habia lo que parecía ser un tronco, se abrió un ojo.

Ese sin dudad era Nenokubi.

-Lo prometieron, así que entreguen las tres Perlas Arcoíris.- Pronuncio.

-Lo siento, pero ya no podemos entregar las Perlas Arcoíris.- Le grito Moroha burlona.

-Entonces, ¡Las matare!- Dijo enfurecido.

Raíces que seguramente estaban igual de afiladas que un cuchillo vinieron hacia nosotras, y sin pensarlo dos veces las tres comencemos a atacar por separado.

Y así estuvimos sin censar, las raíces seguían viniendo, y nosotras seguimos eliminándolas, como si no hubiese un fin.

Su ojo se abrio mas dejando salir unas ondas que le robaron el poder demoniaco a Towa.

-¡Towa!- Grito Moroha al ver como estaba indefensa y a punto de ser atacada por una raíz.

-¡Aparta!- Me lance con la Naginata la cual llego a rozarle, y a pesar de que le corte tan solo unas cuantas hebras de cabello se asusto cayéndose hacia atrás, lo que me facilito matar a las raíces que iban hacia ella.

Luna Creciente Significa RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora