*POV NARRADORA*
-Entonces solo falta un objeto.- Hablo saliendo del templo junto a la sacerdotisa.
-Así es, estamos cerca de lograrlo.- Le respondió Chie con una sonrisa.
-¿Tienes alguna pista?- Le pregunto.
-Increíblemente si... Cuando me trajeron la daga descubrí rastro de una extraña magia en ella... No era una magia de un demonio, y mucho menos de algo humano.- Le explico recordando lo que había sentido tras inspeccionar los objetos.
-¿Tal vez un Hanyo?- Propuso la demonio.
-No, la chica que me entrego eso era Hanyo y no sentí nada extraño en ella.- Hablo algo divertida hasta que recordó un echo. -...Yawaragi... ¿Conoces a alguien capaz de robar los recuerdos y el sueño?- Pregunto pensativa.
-Mmmmh... personalmente no. Pero e oído ciertos rumores. ¿Porque?- Dijo curiosa.
-Kohaku me conto, que cuando encontró a la chica Hanyo y a su sobrino, estos estaban inconscientes y no recordaban nada. Fuese quien fuese ese enemigo contra el que luchaban, fue capaz de atacarle directamente a la memoria. Eso no es nada habitual.- Comento analizando los datos que le habían proporcionado.
-Hay rumores sobre una gran DaiYokai. Es una historia algo pesada.- Intento evadir Yawaragi.
-¡Ai vamos! ¡No pasa nada!- Dijo riendo y dándole palmas en la espalda. -¡El chisme siempre es bienvenido!- En un abrir y cerrar de ojos, la del clan de los demonios lobos, se había visto obligada a contar una historia a la que desgraciadamente no le había prestado mucha atención.
-Entre los demonios, se cuenta una historia, sobre el rey que reino estas tierras y el rey que había en el este...- Comenzó a decir.
-¿Por que lo cuentas como si fuese un cuento?- Le reprocho algo aburrida la sacerdotisa por el tono con el que hablaba.
-Por que paso hace mucho tiempo, además ¿Quieres que te cuente la historia, o no?- Se quejo por la interrupción.
-Perdona.- Se disculpo algo divertida por molestar a su amiga.
-Como decía... El rey del este, y el rey de estas tierras, se podían decir que eran como amigos... Ya sabes como somos los demonios... Ellos se controlaban mutuamente para que la paz reinara y la balanza de poder estuviese equilibrada.- Introdujo mientras iban camino a casa de Chie. -Este rey del este te sonara mas adelante. Bueno... Esto... ¿Por donde iba?- Había perdido el hilo de la historia.
-Eres malísima para explicar.- Argumento aguantándose la risa. -Perdona perdona.- Dijo intentando que la carcajada no sonara muy fuerte tras notar la molestia de Yawaragi. -Estabas diciendo algo sobre el Rey del este.- Le ayudo a que prosiguiera.
-A si, cierto. Este rey tenia una hermana, que acabo enamorada del otro rey. Estaba perdidamente enamorada de el. Aunque se dice que el no tenia el mas mínimo interés por ella. La cosa esta, en que ese rey del que ella estaba enamorada, se termino enamorando de una princesa humana, hasta el punto de que sacrifico su vida para protegerla a ella y al hijo que habían tenido juntos. Tras enterarse de lo que había sucedido, llena de rabia y tristeza, con dolor y pena, le pidió un deseo a la perla de Shikon... Dejar de tener sentimientos y dejando de ser demonio, creando de sus lagrimas las perlas arcoíris, que contenían el poder demoniaco que ella misma había repudiado, convirtiéndose así en un ente que no era ni demonio ni humano.- Concluyo bajo la asombrada cara de Chie.
-¡¿Las perlas arcoíris?!- Exclamo. Casi al instante sintió la energía de una de esas esferas a las que ella se refería.
Cuando llamas al diablo... aparece.
-¡Hola!- Saludo el hombre llegando hacia ellas.
Tubo que disimular la cara de sorpresa al ver quien era.
-¡¿Jyubei?!- Exclamo viendo como caminaba hacia ellas al lado de ese pequeño mapache. -¿Como tu por aquí?- Le saludo con una sonrisa.
-Tenia que hacer unas cosas y tu aldea estaba de camino. Necesitaba comprarte unos ungüentos.- Les explico el hombre. -Los de siempre.- Pidió a la sacerdotisa.
-Los saco en un momento. Espera aquí.- Dijo adentrándose en su cabaña.
Cuando Chie se fue, la tensión se apodero del ambiente.
Ni Jyubei, ni Yawaragi hablaban.
-¿Como esta?- Le pregunto rompiendo el silencio.
-Bien.- Respondió sabiendo a quien se refería.
De nuevo un silencio abrumador alimento la tensión entre ambos.
-¡Aquí están!- Dijo alegremente sacando un cesta llena de potes y frascos.
-Gracias.- Dijo agarrando la cesta para seguidamente entregarle un saquito con el dinero. -Bueno e de irme.- Dijo poniéndose en marcha junto a su bajito acompañante. -¡Hasta otra!- Se despidió.
Chie zarandeaba su mano y brazo con una sonrisa, despidiéndose de el, hasta que dejaron de tenerlo a la vista.
La sonrisa se desdibujo completamente, dando paso a un rostro lleno de seriedad.
-Yawaragi...- Pronuncio sin dejar de mirar por donde se había marchado el hombre.
-Si, yo también lo e notado...- Le respondió sabiendo a lo que se refería.
-La persona que tenia la esfera y una de las dagas, es capaz de quitar los recuerdos y el sueño, que justo es lo mismo que hace la DaiYokai de tu historia, que a la vez es la creadora de las perlas arcoíris, y una de esas perlas es la que Jyubei tiene.- Repaso hilando los hechos.
-Entonces... Jyubei ya a escogido bando.- Le comento tras su análisis.
-Lo se... Esto cada vez se pone peor... Deberías de apartar a tu chica.- Dijo entregándole el dinero que le había dado Jyubei, para que se lo diera a la Shihanyo.
-¿Que harás?- Pregunto mirando a la humana que ahora tenia su ceño fruncido.
La sacerdotisa la miro para posteriormente declararle sus intenciones.
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Luna Creciente Significa Recordar
FanficSegunda temporada de Luna Creciente Significa Amor. Sin sus recuerdos, Setsuna y Hisui, iniciaran la búsqueda de la Mariposa de los Sueños junto a nuevos compañeros. Una búsqueda llena de revelaciones del pasado, que les llevara ante su enemigo. Ena...