Capítulo 4

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Capítulo 4 - Las orugas que se volvieron mariposas

No quería creer lo que acababa de escuchar, no quería darme media vuelta tampoco para comprobarlo, simplemente quería desaparecer, jamás me olvidaría de su risa traviesa.

Inmediatamente me di cuenta de que era él, era Matteo.

Pero no es como si estuviéramos en una película o en un libro, tenía que reaccionar. Así que me armé de valor y me di media vuelta y le dije —Oh, así que eres tú el de la foto, bastante guapo jaja, bueno... sí me disculpas, tengo que irme ahora. —con un tono nervioso, haciendo la desconocida.

Me di vuelta y comencé a caminar a dirección contraria, sabía que él me estaba mirando, sentía su mirada sobre mis hombros y antes de que me alejara un poco más escucho por detrás su voz diciendo —¡Daniel, espera un momento! —gritando para que lo escuchara. 

Pero me hice el tonto y seguí caminando, gracias al universo una manada de gente comenzó a pasar por el pasillo y logré perderle.

¿Del 1 al 100 cuánto era la probabilidad de encontrármelo aquí? No comprendo el por qué y el cómo, sobre todo en esta institución tan grande, no entiendo lo que está pasando.

Traté de ignorar el hecho de haberlo visto, después de todo aún no sabía que decirle si algún día me lo topaba por casualidad, automáticamente en mi mente vinieron los recuerdos de cómo no supe darle una respuesta y decirle lo que yo sentía también. No sabía qué hacer, así que continué y entre al otro gran salón para rendir mis últimas dos pruebas de admisión junto a Leo, quien se encontraba comprando helados, no me di ni cuenta que lo había perdido.

La prueba terminó y sentí un alivio irse de mí, era como si quitaran un peso de mil yunques encima mío. Podía relajarme y esperar los resultados de la prueba tranquilamente, estaba contento, así que invité a Leo y a Alexa, quién se encontraba rindiendo la prueba de admisión universitaria en otra institución, a comer y a beber a un restaurante.

Estábamos por abandonar la gran escuela cuando por detrás nuevamente escuché la voz de él llamándome, esta vez me di media vuelta y confirmé que si era él. 

Estaba tratando de acercarse a mí, pero había muchas personas en medio, debido a que todos estaban abandonando el instituto también. De alguna u otra forma no me doy ni cuenta cuando me fijé que sí me terminó por alcanzar. En esta ocasión no hice esfuerzo por correr o alejarme, al contrario, cuando terminé mi última prueba de admisión me dije a mi mismo que lo enfrentaría si la circunstancias se dieran así y terminó sucediendo.

—Daniel, finalmente te puedo pillar, realmente eres alguien difícil... —dijo con un tono burlesco, pero sorpresivamente agradable. —No me esperaba encontrarme aquí contigo, pero tuve las pruebas de admisión acá también y te encontré mientras caminaba por los pasillos. Te vi a lo lejos y te reconocí de inmediato... —bajó tímidamente la mirada y añadió —Y cuando me acercaba para hablarte, te escuché decir... 

Y antes de que continuará le puse mis dos manos en su boca, actuando de una manera impulsiva, ya estaba bastante nervioso y si él me recordaba lo que dije en voz alta me pondría más nervioso aún, pero no me di cuenta que él me estaba mirando con sus ojos realmente hermosos mientras yo tenía mis manos en su boca. Sin darme cuenta, reaccione ante aquel gesto —¡Que acabo de hacer! Daniel... te odio tanto a veces. —decía en mi mente. —Cómo pude ponerle las manos en su boca ¿¡Qué te pasa!?

Le quité mis manos y le dije con un tono nervioso —Oh, d-disculpa, no quería hacer eso, es que tú ibas a mencionar eso y yo no querí... 

Me interrumpió diciendo —Sigues siendo igual de lindo que en aquel entonces, jaja. —con un tono agradable y tranquilo, que realmente hacía mi corazón revolverse.

adiós, mi ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora