adiós, mi ángel.

Capítulo 11

Capítulo 11 - Te extraño

Cuando estás en coma sientes muchas cosas y más que el poder "sentir", puedes ver cosas que no puedes ver cuándo estás despierto. Es un estado en donde el cuerpo no está a tu total disposición e incluso, si fuéramos un poco más fantasiosos, podríamos decir que tu alma tampoco está presente en tu cuerpo en ese momento.

Yo... puedo sentir muchas cosas, siento muchas cosas. Personas, para ser más específico. Siento las voces de estas, también veo y recuerdo muchas cosas de mi vida, es como estar en un cine y que la película que estás viendo es tu vida. Puedo ver a mis padres, a mis amistades, momentos divertidos que viví junto a ellos... también pude verlo a él.

Días pasaban, o al menos, eso lograba presentir de alguna forma. Un día, sentí la voz de alguien familiar, pero no logré reconocer de quién es esa voz.

Aun así, por alguna razón, estaba contento. 

Después de tanto tiempo, era la única voz que me pareció familiar, sentía que me hacía compañía de alguna u otra forma, a pesar de que las cosas que me decía no las podía entender.

Seguía sintiendo el sonido de su voz, quería acercarme más y más hacia esta, pero, no lo sé, no entiendo qué es lo que pasa, repentinamente esta voz comenzó a sentirse triste, yo lo podía sentir triste. Le grito con todas mis fuerzas que todo está bien para calmar su tristeza, pero no me escucha y es frustrante, es muy frustrante. Solo quiero ser oído por él.

No tardé mucho tiempo y pude reconocer la voz. Era 'XXXX'

Lo extraño, extraño a esa persona. Al menos eso siento, siento que la extraño, que debería de estar extrañándola, es raro.

Siento su pena, sus lágrimas, su corazón sintiéndose ahogado y frustrado en un mar de depresión, estoy triste, muy triste.

Sólo quiero despertar y decirle que estoy bien, que ya no tiene que sentirse mal.

Los días siguieron pasando. Este lugar se siente solitario, es oscuro y podría decir que incluso es algo aterrador. Sin embargo, jamás me pregunté "¿En dónde estoy?" o "¿Cómo llegué aquí?" porque sinceramente serían preguntas que no sabría el cómo responderlas, ya que no recuerdo qué fue lo que pasó y el cómo acabé aquí.

Una voz se escucha nuevamente, es él.

"—Daniel, por favor... despierta" —Se escucha en un tono bajo, la persona que lo dice está entre lágrimas.

"—Daniel, te necesito, por favor no me dejes..."

"—Te extraño".

Las lágrimas no tardaron en salir de mi cara, perdí la fuerza en todo mi cuerpo y quedé de rodillas, no podía más con esta frustración ¿Por qué tenía que pasar por todo esto? ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué está pasando? Sólo quiero volver, con todas mis fuerzas, quiero despertar, quiero abrazarlo.

Despierta Daniel por favor, despierta.

Tienes que despertar.

¡Tengo que despertar!

En este momento, Daniel abre lentamente sus ojos y la escena cambia desde un lugar oscuro y misterioso a una cama de hospital, en dónde se encuentra Daniel acostado y lleno de implementos médicos junto con un chico llorando, y al parecer, de felicidad.

—¡DANIEL! ¡¡D-DESPERTASTE!! DOCTOR, POR FAVOR VENGA, ¡DESPERTÓ! —gritó el chico con una voz familiar.

Rápidamente entró un médico a la sala junto a varias enfermeras, checando el estado en el cual se encontraba Daniel, quién habría abierto los ojos luego de estar 5 meses en coma.