adiós, mi ángel.

Capítulo 20

Capítulo 20 - Te esperaré

Esa noche fue la más larga que había tenido en mucho tiempo. Después de la llamada, no pude pegar ojo. Las palabras de Matteo seguían resonando en mi cabeza, y mi mente no dejaba de dar vueltas, preguntándome si realmente debía permitirle volver a entrar en mi vida. Pero, ¿acaso alguna vez había salido por completo?

A la mañana siguiente, Alexa llegó temprano como de costumbre, cargada de café y una energía que siempre lograba sacarme una sonrisa, aunque hoy no lo hizo del todo.

—¿Qué te pasa? —preguntó, dejando el café en la mesa y acercándose a mí. —Tienes cara de no haber dormido nada.

Suspiré, mirando por la ventana. Sabía que tenía que contarle lo que había pasado, pero también sabía cómo iba a reaccionar.

—Me llamó anoche —dije, sin rodeos, mientras seguía observando el cielo gris del amanecer.

Alexa se quedó en silencio por un momento, como si estuviera procesando lo que acababa de decir.

—¿Quién te llamó? —preguntó lentamente, aunque en su tono ya había una sospecha.

—Matteo —respondí, finalmente volviendo mi mirada hacia ella.

Vi cómo su expresión cambiaba de inmediato, una mezcla de sorpresa, incredulidad y algo más, como una especie de protección hacia mí. Se cruzó de brazos y dejó escapar un suspiro largo.

—¿Y qué te dijo? —preguntó, aunque su tono era mucho más controlado de lo que esperaba.

—Dijo que quería verme. Que está arrepentido, que siempre le importé... —Las palabras me salían con dificultad, como si aún no pudiera creer del todo lo que había pasado.

Alexa asintió lentamente, como si estuviera sopesando sus próximas palabras.

—¿Y qué vas a hacer? —preguntó finalmente.

La pregunta que había estado evitando, pero que sabía que tenía que responder.

—No lo sé —admití, encogiéndome de hombros. —Quiero respuestas, Alexa. Quiero entender por qué desapareció, por qué fue tan cruel conmigo... Pero al mismo tiempo, tengo miedo de lo que pueda pasar si lo dejo entrar de nuevo.

—¿Y Jacob? —preguntó ella, alzando una ceja. —No es solo Matteo en tu vida ahora, Daniel. Tienes a Jacob, que ha estado aquí, a tu lado, sin pedir nada a cambio.

Sabía que lo iba a mencionar, y tenía razón. Jacob había sido mi apoyo constante en estos últimos meses. Pero, ¿podía ignorar lo que sentía por Matteo, incluso después de todo lo que había pasado?

—Lo sé —dije en voz baja. —Jacob es increíble, es todo lo que podría desear en alguien. Pero no puedo dejar de pensar en Matteo. Es como si una parte de mí todavía estuviera atrapada en el pasado.

Alexa se quedó en silencio por un momento, luego se sentó a mi lado en la cama.

—Mira, Daniel, sé que estás pasando por un montón de cosas, y es normal que estés confundido. Pero solo quiero que recuerdes algo: tú no le debes nada a Matteo. Si decides dejarlo entrar de nuevo, hazlo por ti, no por él. No lo hagas porque sientes que tienes que perdonarlo o darle otra oportunidad. Hazlo porque es lo que tú necesitas para seguir adelante.

Asentí, entendiendo lo que me decía. Alexa siempre tenía una forma de poner las cosas en perspectiva, incluso cuando yo estaba atrapado en mi propia confusión.

—Y sobre Jacob —continuó ella —Si lo que sientes por él es real, tienes que ser honesto. Él merece saber lo que está pasando dentro de ti.

Eso era lo más difícil. Jacob había sido increíble conmigo, y lo último que quería era lastimarlo. Pero no podía seguir adelante sin ser sincero, tanto con él como conmigo mismo.