Capítulo 8 - Las lágrimas que ya derramé
Luego de haber escuchado esas palabras, sentí que mi corazón instantáneamente se detuvo por un momento. La voz era definitivamente de él, era Thomas.
Me di media vuelta y le dije —Hola Thomas.
Nuestras miradas conectaron por un momento... y me di cuenta que él no estaba solo, estaba junto a un chico. Mi corazón se sintió apretado por un momento, pero luego volví a mis sentidos.
Hubo un silencio incómodo entre él, la persona que lo acompañaba y yo.
Thomas parecía que quería decirme algo, pero no logró decirme nada, yo ya no quería seguir aquí, no le encontraba el sentido. Quería escapar de esta incómoda situación.
Así que luego de haberlo saludado añadí —Me tengo que ir, fue un gusto haberte encontrado.
Y cuando me di media vuelta para seguir caminando y llegar al final del puente en el que me encontraba, estaba él, Matteo.
Comencé a sentir un dolor estomacal. No esperaba encontrarme a Thomas ni menos a Matteo, quién se encontraba caminando en dirección contraria a mí en el puente, nuestras miradas también se conectaron por un momento, pero yo miré rápidamente hacia otra parte. Él, a diferencia de Thomas, estaba solo.
Iba a pasar por al lado de él... estaba nervioso, muy.
Pero no podía devolverme o pasar por otra parte... Y ya, sí tampoco es la gran cosa, solamente es pasar al lado de él y listo.
Mientras avanzaba y me acercaba a encontrarme con Matteo, o más bien, a pasar al lado de él, sentí que alguien detuvo mi brazo por detrás, una mano.
Era Thomas, quién inesperadamente hizo eso.
Lo miré y me dijo —Necesito hablar contigo.
Su acompañante ya no estaba, lo cual me pareció raro, solamente pasaron unos 2 minutos desde que lo había visto junto a él y mágicamente ya no se encontraba allí.
—Thomas, n-nosotros no tenemos nada de qué hablar. —le respondí algo nervioso.
Intenté liberarme de su mano agarrando mi brazo, pero él insistía, ya que puso fuerza en su agarrada. Cuando inesperadamente siento una voz por detrás mío. Esa voz maldita, esa voz que por más que trate de olvidar, que por más tiempo que pase, jamás podré sacar de mi memoria.
Era Matteo, quién dijo —Dijo que no tenían nada de qué hablar ¿Por qué no lo sueltas?
Y Thomas respondió —¿Y tú quién eres para decirme qué hacer?
Las cosas se estaban volviendo tensas, el ambiente en sí no me permitía respirar. Comencé a recordar cuándo estos dos también se toparon y se golpearon.
Claramente no quería que esto sucediera de nuevo, así que dije —Thomas, está bien, suéltame, hablaré contigo.
Y Thomas me soltó, miré a Matteo y le dije —Estoy bien.
Él me miró con esos ojos que realmente me hacían perderme en mi mismo, cada vez que lo miraba me sentía hipnotizado y me sonrío, con esa maldita sonrisa y dijo —Está bien, me alegro que estés bien.
Y siguió por su camino, sin decir mucho más, una parte de mí quería correr y detenerlo, pero... ¿Por qué? Él es como una maldición, es la persona que jamás me permitirá que yo pueda seguir adelante con mi vida. Lo mejor era dejarlo ir.
Cuando Matteo se fue y unos minutos de silencio pasaron en el ambiente, Thomas finalmente me comenzó a hablar, diciendo —Lo siento por lo de antes. —y añadió —Y-yo realmente quería hablar contigo...
ESTÁS LEYENDO
adiós, mi ángel.
RomanceHISTORIA LGBTQ+ | ROMANCE CHICO X CHICO Sinopsis: La historia sigue a Daniel, un joven cuya vida da un giro inesperado tras conocer a Matteo en la escuela. Su relación con Matteo es intensa pero problemática, marcada por momentos apasionados y dolo...