Capítulo 30 - Los días que brillaron
Matteo salió del hospital con una calma que contrastaba con el peso de sus palabras. Estábamos todos reunidos en la cabaña, en un silencio que no habíamos experimentado antes. Era como si las olas de la playa nos acompañaran en un momento solemne. Matteo nos miró con una expresión serena, aunque sus ojos traicionaban el cansancio acumulado por la enfermedad.
—Tengo algo importante que decirles —comenzó, su voz temblando levemente pero con una firmeza que cortaba el aire—. No tengo mucho tiempo.
Alexa lo miró con los ojos llenos de preocupación, Leo apretó los labios para contener la emoción, y Jacob, que parecía ya saber lo que venía, desvió la mirada hacia el suelo.
—Lo que me pasa... es cáncer —continuó Matteo—. No es algo que pueda cambiar, pero no quiero que eso defina lo que nos queda juntos.
Daniel, sentado a su lado, tomó su mano de inmediato, como si al sostenerlo pudiera evitar lo inevitable. Matteo le dedicó una sonrisa suave, pero no por ello menos dolorosa.
—Sé que esto no es fácil de escuchar, pero les pido un favor. Quiero que hagamos esto a mi manera. Que ignoremos lo que viene y disfrutemos. Por favor, hagamos que estos días sean nuestros.
Las lágrimas se contenían en cada uno de nosotros, pero nadie se atrevió a romper el momento. Jacob asintió con la cabeza, como si aceptara una misión que comprendía demasiado bien. Alexa y Leo se acercaron para abrazar a Matteo, mientras Daniel permanecía en silencio, su rostro una mezcla de amor, tristeza y determinación.
Y eso fue exactamente lo que hicimos.
Los Días de Oro
Esa semana en la playa fue como un sueño del que nadie quería despertar. Matteo lideraba cada actividad con un entusiasmo contagioso, decidido a llenar cada instante de vida. Por las noches, las luces de las ferias brillaban sobre el mar, y Matteo insistía en ganar peluches para todos en los juegos.
—Este es para ti, Daniel —dijo, entregándole un oso de peluche ridículamente grande que casi no cabía en la cabaña.
—¿Dónde vamos a poner esto? —preguntó Daniel, riendo.
—Donde sea. Pero lo tendrás siempre contigo.
Paseamos por el malecón, tomándonos fotos que Matteo quería que quedaran como recuerdos de esos días. Salimos a clubs nocturnos donde bailamos hasta que nuestros cuerpos no podían más. Incluso Jacob y Matteo, quienes habían tenido roces en el pasado, comenzaron a llevarse mejor, dejando las tensiones atrás en honor al tiempo que quedaba.
Daniel, aunque destrozado por dentro, se esforzó por sonreír. Cada risa que compartía con Matteo era una promesa de amor, un recordatorio de que, a pesar de todo, estaban juntos.
La Última Noche en la Cabaña
El último día, después de un atardecer lleno de colores que parecían pintados solo para nosotros, nos reunimos en la cabaña para despedirnos. Matteo agradeció a Alexa, Leo y Jacob con palabras llenas de amor y gratitud, mientras sus ojos se humedecían.
—Gracias por todo —dijo, abrazándolos uno por uno—. Nunca podré olvidar esto.
El viaje de vuelta al departamento fue silencioso, pero no incómodo. Matteo y Daniel se tomaron de la mano todo el camino, como si ese simple gesto pudiera detener el tiempo.
Cuando volvieron al departamento después de la playa, algo había cambiado. No era la misma rutina de siempre; cada rincón parecía lleno de vida, como si cada minuto fuera una celebración del presente. Matteo, aunque sabía lo que enfrentaba, no permitía que la tristeza empañara sus días.
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adiós, mi ángel.
RomanceHISTORIA LGBTQ+ | ROMANCE CHICO X CHICO Sinopsis: La historia sigue a Daniel, un joven cuya vida da un giro inesperado tras conocer a Matteo en la escuela. Su relación con Matteo es intensa pero problemática, marcada por momentos apasionados y dolo...