adiós, mi ángel.

Capítulo 17

Capítulo 17 - ¿Quién eres?

- DESDE LA PERSPECTIVA DE ALEXA, DOS DÍAS ANTES DE QUE DANIEL DESPERTARA -

Los últimos cinco meses habían sido una tortura emocional para todos.

Ver a Daniel tendido en esa cama, inconsciente y ajeno al mundo, ha sido una prueba constante de mi fortaleza... Cada día llego al hospital temprano y le leo en voz alta algunas novelas, porque sé que le encantan... mientras me aferraba a la esperanza de que, en algún lugar profundo, Daniel pudiera escucharlas.

Al salir de la habitación donde Daniel se encuentra para poder ir a comprarme un café.

Matteo apareció otra vez.

Desde que hablamos ayer y le comenté sobre Daniel, no he podido evitar sentirme un poco culpable... no sé si esto es lo que Daniel querría que hubiera hecho.

Pero no podía dejar que la culpa me carcomiera. Necesito ser fuerte por él.

Matteo se acercó a mí, diciendo —Por favor, Alexa —me dijo Matteo una y otra vez, con su voz llena de desesperación y dolor. —Necesito verlo, necesito estar con él. Por favor...

Podía ver la sinceridad en los ojos de Matteo, el mismo dolor reflejado que está reflejado en mi propio corazón. Sin embargo, temía que la visita de Matteo pudiera ser demasiado para Daniel, o incluso para mí misma.

—No lo sé Matteo... No sé si sería lo mejor para él.

—Por favor, al menos sólo una hora al día...

—No lo sé... necesito pensar más sobre esto. —le dije con un tono de inseguridad. —Mañana te daré una respuesta.

Necesito pensar bien sobre esto, Matteo fue alguien que le hizo mucho daño a Daniel... pero también noto su desesperación y tristeza por no poder verlo... Esto es tan díficil. Lo consultaré con Leo mejor y le pediré que me ayude a tomar una decisión.

- AL DÍA SIGUIENTE -

La fría luz fluorescente, el olor a desinfectante y el murmullo constante de máquinas monitoreando vidas del hospital siempre me han puesto nerviosa. Pero hoy, más que nunca, sentía un nudo en el estómago mientras caminaba hacia la habitación de Matteo.

No podía evitar recordar todo el daño que le había hecho a Daniel. Sin embargo, algo en la mirada de Matteo, su tristeza y devastación, me hicieron reconsiderar un poco su postura.

Lo discutí muy bien junto a Leo anoche y creo que esto será lo mejor para todos.

Respiré hondo antes de abrir la puerta. Matteo estaba sentado en la cama, mirando por la ventana con una expresión de desesperanza. Cuando me vio, sus ojos se iluminaron con una mezcla de esperanza y temor.

—Alexa... —comenzó, su voz quebrándose —¿Has decidido algo?

Asintí, luego tomé una silla y me senté junto a su cama. Mis manos temblaban ligeramente.

—He estado pensando mucho en esto, Matteo. Lo que hiciste a Daniel fue imperdonable. Le hiciste mucho daño y no sé si alguna vez podré perdonarte por eso —dije con mis ojos fijos en los suyos. —Pero no puedo ignorar lo que he visto en ti estos últimos días... Estás devastado, y creo que de verdad sientes algo por Daniel. Así que... te permitiré verlo, pero solo por lo que queda de semana. Si no hay ningún cambio, será la última vez.

Matteo asintió con los ojos llenos de gratitud y alivio.

—Gracias, Alexa. No sabes lo mucho que esto significa para mí.