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Tankman/John x Reader que muere protegiéndolo (Secuelas) (Segunda Parte).
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John miró hacia el cielo azul brillante, nubes de aspecto esponjoso se movían lentamente mientras el viento se movía a través de la hierba y las hojas. Él te miró y te sonrió recostado sobre su hombro, durmiendo pacíficamente. Se sentía mal pero también bien. John ignoró desesperadamente la sensación, amando la normalidad de todo. No hubo guerra, ni páramo, ni sonidos de tanques ni disparos. A John le encantaba estar contigo. Él miró hacia abajo mientras te alejabas lentamente de él, dejando escapar un bostezo y mirándolo con una sonrisa probada.
— “Buenas tardes, dormilona” John dijo, con una sonrisa en su rostro mientras se sentaba. — “¿Dormí tanto tiempo?” Él asintió con la cabeza, rodando su hombro dolorido. Algo dentro de él apuñaló su estómago mientras te miraba, tus amables ojos se encontraron con los suyos haciéndole sentir una sensación de mal pero ignoró el sentimiento. — “¿Por qué no me despertaste?” Preguntaste.
John se rió entre dientes, dudando un poco antes de estirar la mano y tomar tu mejilla. — “Te ves demasiado bonita”. Su corazón comenzó a latir con fuerza de repente y se dio cuenta de que no podía sentirte. No había calor ni siquiera la sensación de tu piel. Se tragó el nudo en la garganta y te abrazó, la sensación en su estómago empeoró. Todavía no podía sentirte. Le devolviste el abrazo mientras enterraba su rostro en el hueco de tu cuello. — “Sabes, John… Todo estará bien. No es tu culpa”. Se puso tenso mientras hablabas, y finalmente se dio cuenta de que nada de esto era real. No estabas aquí en sus brazos, estabas enterrada afuera. Sacudió la cabeza abriendo la boca para hablar antes de que lo interrumpieras.
— “Veremos el océano algún día. Promesa”. John se levantó de la cama con un grito, con sudor frío bajando por su sien. Sus ojos se adaptaron a la habitación oscura mientras regresaba a la realidad. Jadeó y miró hacia tu lado de la cama, medio esperando que estuvieras a su lado, durmiendo pacíficamente. No lo estabas. Estabas muerta.
Dejó escapar un suspiro tembloroso mientras colocaba la cabeza entre sus manos. Una de las principales razones por las que odiaba dormir ahora era por esto. Al menos este sueño no te hizo culparlo por lo que hizo o gritarle con la barra de refuerzo todavía en tu estómago, sangre por toda tu cara y por todo tu estómago. Se estremeció al recordarlo. John miró hacia arriba y afuera de la ventana solo para ver a Steve acercándose y poniendo flores en la tumba mal hecha en la que tú estabas acostada. Hubo una punzada de molestia cuando lo miró fijamente. John debería estar haciendo eso, no él. Podría evitar sonreír ante el estúpido pensamiento porque incluso después de tu muerte todavía se pondría celoso de ti. Comenzó a temblar cuando las lágrimas una vez más corrieron lentamente por su rostro. Realmente solo quería verte de nuevo. No en sus sueños, aquí con él. Quería que lo abrazaras y también le dijeras que todo estaba bien. Lástima que eso nunca sucederá.
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