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¿De dónde vienen todas estas cicatrices?
⸺⸺⸺
— “¿Steven?”–.
— “¿Sí?”–.
— “¿Está bien Miki? No tiene buen aspecto, y creo que está sangrando”–.
— “....ella está bien. Los puntos deben haberse reabierto. Llamaré a alguien”–.
A pesar de las palabras tranquilizadoras de Steven mientras salía de la habitación, volviste a mirar al Charizard que tenías delante, preocupada. Sonreía, pero algo en ella parecía... raro. Sus ojos parecían más oscuros, ya no eran de un azul brillante. Y llevaba un pañuelo alrededor del cuello, la tela empapada de carmesí.
Sin embargo, actuaba como si no le pasara nada.
Steven afirmó que había sufrido una dura batalla y que había estado en coma durante un año, pero que había podido salvarla. No especificó cómo exactamente, aunque pareció ser un milagro, ya que ella despertó justo cuando él perdió la esperanza.
Como amiga suya y como enfermera Pokémon en formación, volaste a la ciudad para ver cómo estaban, especialmente Miki. En tu región has atendido a muchos Pokémon heridos, pero este caso era bastante preocupante.
Además, sonaba anormalmente tranquilo cuando le informaste de su estado...
Algo no iba bien. Tenías que averiguar la gravedad de sus heridas.
Así que levantaste las manos lentamente, deteniéndote cuando ella te miró directamente.
— “Hola, Miki. Sólo voy a echar un vistazo a tus heridas, ¿Vale? ¿Puedo hacerlo?”–.
La Charizard no mostró mucha reacción facial, aunque inclinó ligeramente el cuello hacia abajo y movió la cabeza hacia un lado, permitiéndote desatar el pañuelo. Sonreíste suavemente.
— “Gracias, chica”–.
Sin embargo, esa sonrisa pronto se convertiría en una expresión de horror al ver lo que encontraste debajo de la tela:
Tenía la garganta llena de cicatrices, la piel quemada y podrida hasta dejar al descubierto la carne, el hueso e incluso la tráquea. Las heridas mostraban claramente que había sido estrangulada, pero eran tan profundas que parecía como si... algo la hubiera cortado.
De algún modo, respiraba, aunque con las heridas al descubierto parecía jadear.
No tenías ni idea de qué Pokémon podría haber hecho esto.
¿Era siquiera un Pokémon?
— “¿De dónde han salido todas estas cicatrices?”– Susurraste conmocionada, mirándola en busca de respuestas.
Sus ojos eran negros como el carbón, carentes de cualquier tipo de emoción en su rostro.
— “Te dije que estaba bien”–.
Tensa, te diste la vuelta justo a tiempo para ver una sombra oscura abalanzarse sobre ti. Como Miki desapareció de repente detrás de ti, eso permitió al extraño empujarte contra la pared, agarrándote la garganta con una sola mano.
Abriste los ojos y viste que no era otro que el mismísimo Steven. Su sonrisa era retorcida, desquiciada y simplemente malvada. Presa del pánico, pusiste ambas manos en su muñeca, pero su agarre era demasiado fuerte para que pudieras romperlo.
¿Por qué lo hacía?
¿Por qué no te dijo la verdad sobre Miki?
Hablando de ella, te quedaste de piedra cuando apareció de la nada a su lado, gruñendo por lo bajo. Ni siquiera la viste volar; simplemente estaba allí, como si se hubiera teletransportado.
— “S-Steven... ¿Qué has hecho...?”– Tosiste, jadeando. — “¿Cómo es que está viva?”–.
— “¿Acaso importa? Ha vuelto, [T/n]”– El ex campeón respondió fríamente, inclinando la cabeza hacia arriba para mostrar un único ojo rojo brillante.
— “Este mundo me la robó y yo simplemente la recuperé”–.
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