Capitulo 1

3K 134 13
                                    

Normalmente no me molesto en llegar temprano a la Universidad, pero dado el caso de que estoy a punto de repetir el semestre debido a las faltas, he decidido bendecirlos con mi presencia. En otras universidades no tendría por qué preocuparme, solo haría falta que aprobara el examen, y nada más. 

Lo cual es más que sencillo tomando en cuenta que sencillamente tendría que coquetear un poco con alguna chica de la clase y así conseguir sus apuntes, estudiar un poco y sacar un limpio y merecido diez. Cosa fácil teniendo en cuenta que mi coeficiente intelectual es más elevado que del promedio. Pero mi padre tenía que persuadirme, y hacerme entrar a esta estúpida Universidad de carácter formativo.

Debo llevar este estúpido uniforme y esta corbata sosa, para que me dejen siquiera entrar al campus. 
Pero supongo que puedo tolerarlo un poco. Lo único que no soporto es la rutina y las chicas plásticas estúpidas de esta escuela. Los hombres también son unos idiotas en su mayoría, pero por lo menos tengo un par amigos en este infierno. Podría decirse que somos buenos amigos por el simple hecho que los tres detestamos a nuestros padres y que odiamos la Universidad en la que estamos.
Benton Jamenson es el hijo de un importante empresario que maneja nada más y nada menos que la industria textil más grande del mercado. Y Max Ivanov es el hijo de un diplomado ruso y rígido ingeniero. Ambos poseen una gran fortuna.

—Pensé que ya se habían deshecho de ti —me saludó Ben en el estacionamiento de la escuela. Él se estaba fumando un cigarrillo y jugaba con el encendedor al lado de su auto.
—Pues, parece que no —le contesté y le quité el encendedor en una de las veces que lo lanzo hacia arriba. Entrecerró los ojos en mi motocicleta y luego me miró con la misma suspicacia.
— ¿Estrenando Ducati? —dijo sorprendido.
No es tan extraño que la gente estrene vehículo en esta Universidad, como si cambiasen de calcetines. Pero en mí si era extraño. Me encogí de hombros.
—Me confiscaron la Harley y la otra —le contesté en un gruñido y él soltó una carcajada —Así que fui a comprar a esta preciosura.
—Vaya te encantaban esas motos. Pero era de esperarse algo así, ¿Cómo se te ocurre entrar a las áreas verdes con la Harley? Les has causado un gran dolor de cabeza a los jardineros.
—Se me había vuelto a hacer tarde —le contesté y saqué un cigarro de la caja que traía en la chaqueta. Lo encendí con su encendedor.

—Ahí viene Max —dijo él mientras yo aspiraba de mi cigarrillo.
Me giré y si, ahí estaba él en su Hummer. Se bajó de ella con una sonrisa de autosuficiencia. Seguro tenía buenas historias de su fin de semana.
—Hey —nos saludó y se acercó a nosotros mientras iba encendiendo su propio cigarrillo —¿Cómo están sucias?
—No tan sucias como tú —le respondí —Seguro tienes alguna aventura que te esté revoloteando en la cabeza para el próximo fin de semana.
—Y estas en lo correcto pequeño saltamontes —dijo y me dio unas palmaditas en la cabeza como si fuese un niño pequeño. Lo tome el brazo y se lo torcí en una posición totalmente incomoda — ¡Quieres soltarme maldito! —se quejó.
—No tengo la culpa de que tengas reflejos tan lentos —me burlé y lo solté.
Trató de darme un puñetazo, pero no lo logro, yo me moví más rápido.
—Cuando menos lo esperes me vengare de ti, suripanta —me amenazó.

—Quieren dejar sus juegos para otro momento —pidió Ben mientras tiraba la colilla del cigarro y la pisaba —Sabes que Tim te ganara de todos modos, Max.
—Es un pandillero horrendo, tienes razón Julie —dijo Max bromeando mientras imitaba la voz de una típica chica de la Universidad y llamaba a Ben por un nombre de mujer.
Louis solo revoleo los ojos y lo dejó pasar.
—Es hora de entrar a clases —sentencio él.
— ¿Ya pasó la primera hora? —pregunté sin esperanzas.

No había de otra, tenía que entrar. Normalmente me ausentaba a las primeras 2 horas y si deseaba ni siquiera asistía en todo el día. Pero después del ultimátum del rector por mis ausencias y la amenaza de mi padre de ponerme un tutor, obligarme a asistir a un curso de idiomas y hacerme trabajar con él durante las vacaciones, accedí amablemente. Me aflojé la corbata y comencé a caminar hacia el edificio con los chicos a mis lados.

Peligrosa Obsesión -Timothée Chalamet-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora