—¡¿Pero porque tiene que trabajar allí?! —le preguntó subiendo su tono de voz.
Mis ojos estaban clavados en los suyos. Esas profundidades color chocolate, Lea Winkler era, claramente, un océano sin explorar, ¿Qué estaba haciendo yo tratando de enredarme con alguien como ella? No tenia idea, pero tampoco tenia deseos de alejarme.
—Bueno, vamos a comenzar —habló Gina.
Lea giró la cabeza para mirarla.
—¿Tú vas a sacar las fotos? —le preguntó algo nerviosa.
—Si, ¿Cuál es el problema? —le preguntó su madre.
—No, nada —dijo y volvió su vista al frente. Soltó un leve gruñido.
—¿Qué sucede? —le pregunté.
—Esperaba que mi madre no fuera la fotógrafa —me dijo.
—¿Por qué?
—Porque a veces - me dijo suspirando- es muy exigente.
—Ahora Tim, pon tu brazo izquierdo alrededor de la cintura de Lea y acércala a ti cuando yo te diga —me dijo.
Hice lo pedido y cuando dijo ya, la acerqué a mí haciendo que chocara levemente contra mi pecho.
—Perfecto —habló Gina —Ahora mírense a los ojos. Lea pon tus manos sobre sus hombros y acércate más a su rostro.
La morena giró la cabeza para mirarla.
—Gina... —la llamó por su nombre, como forma de advertencia.
—Haz lo que te digo —dijo ella. La morena obedeció y se acercó más a mí —Lea quiero que dirijas tu mirada a la cámara. Tú Tim, solo mírala a ella- "Como si pudiera hacer otra cosa" pensé. Y era verdad, no podía apartar mis ojos de la morena que tenia enfrente.
Otro flash iluminó todo.
—¿Cuántas fotos más vas a sacar? —preguntó Lea tensando su agarre en mis hombros.
—Varias, varias —contestó Gina —Ahora quiero ver deseo, mucho deseo.
—Tus peticiones son ordenes para mi, Gin —le hablé.
—¡No! —chilló ella.
—¡Lea, actúa como si desearas a Tim o te reduzco el sueldo! —la amenazó.
—Vamos hielito, derrítete un poco, haz caso. Las mamás siempre tienen la razón, ¡Deséame! - le dije tratando de bromear para que no estuviera tan tensa como se sentía.
—Como los odio —musito ella.
—Ahora Tim, levántala y coloca una de tus manos justo cerca del parche en donde esta la marca y la otra en su espalda.
—Mamá, ¿desde cuando las fotografías se volvieron tan intimas?
—Leaaa, eres tan... quisquillosa. Haz lo que te digo, así terminamos todo esto rápido.
Ella murmuró algo que no logré entender.
—Vamos muñeca, sube —le dije y la alcé. Mis pensamientos anteriores no me decepcionaron y cuando toque la piel de Lea puse sentir lo suave que era.
Sus piernas se cerraron alrededor de mi cintura, y sentí que iba a volverme loco ante el adictivo aroma de su perfume y el calor de su cuerpo llegando a lugares no muy inocentes.
—Lea, peina su cabello hacia atrás con tu mano. Y mírense las bocas.
Parecía que ella ya no iba a protestar. Su mano se enterró en mis cabellos peinándome hacia atrás, y sus ojos se clavaron en mis labios, al igual que los míos en los de ella. Podía sentir el aliento de Lea pegar en mi boca y lo único que podía pensar en ese momento era en besarla, besarla como se debe.
Luego de media hora, en donde seguimos posando cerca, muy cerca. En donde ella posó sola, y de verdad parecía una modelo profesional, haciendo caras y gestos. Hasta yo tuve mis poses solo, y debo decir que soy más bueno de lo que pensaba.—¡Excelente, hemos terminado! —dijo Gina contenta. Todos aplaudieron —Muchachos, las fotos son increíbles, hermosas.
—Voy a cambiarme —sentenció Lea sin prestar atención a su madre. Gina se giró a verme.
—Ahora está irritada, pero ya se le va a pasar —me aseguró.
Asentí y me fui a cambiar.Cuando volví ella ya estaba, guardando unas cosas dentro de su cartera. Me acerqué a ella.
—Comentas algo sobre esto, y te juro que iré a buscarte y te arrancaré uña por uña, ¿escuchaste?
—¡Gente, estás fotos van a la portada! —gritó Gina desde su despacho.
—¡¿Qué?! —preguntó Lea dándose vuelta para mirar a la oficina de su madre.
Sonreí levemente y me acerqué hasta su oído. Ella estaba de espaldas.
—Por mí, nadie se enterara —le susurre cerca. Se giró a verme rápidamente.
—Por favor, por lo que más quieras, renuncia —me dijo. Reí por lo bajo.
—¿Y perderme la oportunidad de poder apreciarte los fines de semana? —le dije.
—¿No te parece que ya son suficientes los días que tengo que soportarte en la universidad?
Sonreí con los labios apretados y respiré profundamente.
—No, ¿algo más?
Me miró con ojos venenosos. Y si las miradas mataran, hace rato que a mi ya me estarían velando.
ESTÁS LEYENDO
Peligrosa Obsesión -Timothée Chalamet-
FanficMis defectos según ella: -Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfómano -dijo todo de corrido y sin respirar. La miré realmente divertido. Yo podré ser todo eso. Pero ella es todo eso y mu...