Capitulo 23

615 44 14
                                    


—¡Bien, perfecto! ¡Vete a al diablo, Chalamet! —me dijo y sonreí.


Ella me miró fijo por unos cuantos segundos. Pude ver la duda en su mirada. La puerta del depósito sonó con tres suaves golpes y se abrió. El hombre que estaba allí nos miró consecutivamente.

—Lo siento... no sabía que estaban ocupados —dijo él.
—No Carl, no pasa nada. Ya me voy —dijo ella y logró salir.
Miré a Carl, y él entendió mi mensaje. Salí rápidamente para buscar a Lea. No, ella no se me iba a escapar. Cuando la alcancé la tomé con cuidado del brazo y la giré a mí.
—Contéstame —le dije.
—Oye ¿puedo decirte algo? Creo que tu prima necesita urgente un psicólogo.
—¿Por qué? —le pregunté frunciendo el ceño.
—Ayer estaba hablando sola, me preocupa —dijo ella.
—No estaba hablando sola, estaba hablando conmigo. Y deja de dar vueltas, ahora contéstame lo que te pregunte.
Bajó la mirada y suspiró levemente.
—Creo que fui muy clara contigo —me dijo.
—Entonces ¿eso es un no? —le dije.
—Timothee... ¿no crees que sería bueno ser amigos? ¿no te gustaría que fuera tu amiga? —me preguntó.
—Amiga con derecho a tenerte cuando yo quiera —aseguré.
—¡Dios, es imposible tratar contigo! —dijo irritada.
—¿No lo entiendes? —le pregunté exasperado —No puedo ser tu amigo, no puedo. Es todo o nada.
—Pero... ¿acaso las pasas mal estando conmigo así... como con personas que tienes un vinculo solo afectivo... nada sexual? —preguntó. Movió la manos —Tim, ¡Por Dios! ¡A mi me encanta compartir tiempo contigo, eres insoportable a veces, pero eres divertido! No quiero arruinar eso.
Suspiré cansado y la miré fijo.
—Está bien, ¿quieres ser mi amiga? —le dije.
—Si —dijo asintiendo con una leve sonrisa.
—¿Podrás soportarlo? —le pregunté.
—¿No crees que ya te soporté bastante? —dijo divertida.
—Podrías pasar mas tiempo conmigo y saber que salgo con otras chicas ¿No te importaría? - Claro que no Tim, no tiene porque importarle, pero en el fondo deseaba que le importara, siquiera en lo ms mínimo.
Ella se encogió de hombros.
—Es tu vida, mientras seas feliz — Mi estomago salto deseando que su respuesta fuera otra.
—Pero yo no podría soportar verte salir con el imbécil de Cal —dije entre dientes.
Esa afirmación salió sin permiso de mi garganta. Sus ojos se abrieron bien y sus mejillas se pusieron rosadas como de costumbre. Sonrió levemente, mientras yo me mordía la lengua por hablar sin mi permiso.
—Cal ya no está en mi lista de salidas —dijo y posó su mirada en la mía —Por ahora estoy bien sola, y con Cassie y Emma. Asi que, nada de que preocuparse ¿de acuerdo? — Lea me sonreía tierna, quizás pensaba que no hablaba en serio acerca de verla salir con alguien mas, pero en mi cabeza no cabía la idea de ella sonriéndole de la misma forma a alguien que no fuera yo.
—Cass es mi prima, pero aun así no me da confianza. Es demasiado open-mind ¿sabes? —le dije.
—Si vamos a ser amigos, creo que este tema no tendría que ¿incomodarnos?. Es tu vida, y es mi vida, tú sales, yo salgo, tú vives, yo vivo. Ya, Tim, solo quiero estar bien contigo, pero como amigos, ¿sí?
—Esta bien, creo que ese ya es un no bastante claro —le dije y me di la vuelta dejándola sola.
—Tim —escuché como me llamaba, pero no me giré a verla —Timothee, no seas infantil. No todo es blanco y negro, también hay matices.

—¿Que? —dije cuando me giré a verla —Ya está todo claro, seamos amigos. Perfecto. Tú ahí y yo aquí. Cuando necesites algo, sabes donde encontrarme — Me estaba comportando como imbécil pero trataba de convencerme a mi mismo de que la chica que lleva en viviendo en mi cabeza desde la primera vez que la vi, acababa de mandarme a la mierda.

Volví a donde estaba Gina y le entregué las carpetas. Lea entró unos segundos más tarde que yo. Quiso hablarme, pero le dije que estaba muy ocupado, que luego hablaríamos. Ella se rindió y volvió a donde estaba sentada antes. La observaba desde lejos sin que se diera cuenta, mientras escribía, mientras mordía su labio frustrada, mientas fruncía el ceño y arrugaba la nariz ¡Y maldita sea la hora en que me fije en ella! Se puso de pie y al instante la vi palidecer notoriamente. 

Peligrosa Obsesión -Timothée Chalamet-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora