Juro Venganza.

479 52 0
                                    

Harry y Chloe cayeron de bruces, y el olor del césped le penetró por la nariz de la rubia.

Había cerrado los ojos mientras el traslador los transportaba, y seguía sin abrirlos. No se movió. Parecía que le hubieran cortado el aire. La cabeza le daba vueltas sin parar, y se sentía como si el suelo en que yacía fuera la cubierta de un barco.

Para sujetarse, se aferró con más fuerza a las dos cosas que estaba agarrando: la fría y bruñida asa de la Copa de los tres magos, y la mano de Harry. Tenía la impresión de que si los soltaba se hundiría en las tinieblas que envolvían su cerebro.

Su cuerpo le dolía, había utilizado su poder como nunca antes eso la había cansado al extremo, eso y había perdido a Ced, su guardián de tierra, el poder que el guardaba se había ido a ella agotándola.

El estrépito la ensordeció y la dejó más confundida: había voces por todas partes, pisadas, gritos… Permaneció donde estaba, con el rostro contraído, como si fuera una pesadilla que pasaría…

Un par de manos lo agarraron con fuerza y lo volvieron boca arriba.

—¡Harry!, ¡Harry!- Escuchó a su lado.

-¡CHLOE, DESPIERTA! – Pedía desesperado Severus Snape frente a ella.

Abrió los ojos.

Miraba al cielo estrellado, y Albus Dumbledore y Severus Snape se encontraban frente a ellos, agachados. Los rodeaban las sombras oscuras de una densa multitud de personas que se empujaban en el intento de acercarse más.

Habían regresado al borde del laberinto. Podía ver las gradas que se elevaban por encima de ella, las formas de la gente que se movía por ellas, y las estrellas en lo alto.

Chloe soltó la Copa y a Harry, pero se acercó al cuerpo de Cedric y se aferró a él con fuerza. Estaba tan frío, sin vida, ese ya no era SU Cedric, su Cedric se había ido para siempre.

Comenzó a llorar con fuerza, sin importarle que alguien la viera. Todos los recuerdos de Ced se vinieron a su cabeza.

Ellos en el lago aquella vez, ellos en las cocinas a media noche y hasta las tres de la madrugada comiendo y hablando, todos los viernes y sábados. Ellos jugando al quidditch en su tiempo libre, ella burlándose de Ced cuando se cayó en la tierra, el cargándola como a un saco de papas.

El día que lo conoció, el día que lo nombraron campeón, el día de la primera prueba, el cómo se había lanzado a abrazarlo al salir del lago en la segunda prueba. Todo.

Soltó un grito que hizo que el alma de todo aquel que lo escuchara se rompiera, el sufrimiento de un Fénix.

-¡AHHHHHH! –

Golpeó con fuerza el cuerpo de Cedric mientras levantaba la cabeza, sus ojos brillaban de una manera intensa y su cabello no se vio envuelto en llamas como en el cementerio, ahora la mitad inferior de su cabello era castaño oscuro, casi negro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Golpeó con fuerza el cuerpo de Cedric mientras levantaba la cabeza, sus ojos brillaban de una manera intensa y su cabello no se vio envuelto en llamas como en el cementerio, ahora la mitad inferior de su cabello era castaño oscuro, casi negro. La mitad de su alma había muerto junto a Cedric.

Un Fénix Oscuro. [2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora