¿A los dos los amo? (Murdoc, 2D y tú) Segunda parte.

En ti encuentro lo necesario (+18)

Las sombras se extendían mediante el pasar de la noche. El ruido del mar se intensificaba, escuchando sus suaves golpeteos entre sí. La brisa del viento comenzaba a ponerse fría, lastimando nuestros cuerpos con indiferencia; aunque, cabe decir que estábamos tan engomados el uno con el otro que olvidamos el viento agresivo que nos rodeaba.
Teníamos nuestras lenguas batallando por la predominancia de dulce calor que encontrábamos en la boca del contrario. Sus manos, imperativas, recorrieron inicialmente mis hombros: transcurrieron a mi espalda, y finalmente, se posaron en mis muslos los cuales, agarró apretándolos con fuerza y deseo.
Sin despegarnos del beso viscoso que habíamos formado, abrió mis piernas para meterse en el medio de estas. Se arrodilló ante mi y acercó con brusquedad mi cuerpo al de él: tomó entre sus brazos mis piernas las cuales, levantó del suelo, y camino rápidamente hacia la cama. Me acostó en ella y, en eso, se posicionó encima mío.

Stuart: -Se despegó sutilmente del beso para observarme. Acercó su mano derecha a mi rostro, acariciando mi mejilla delicadamente.- Espero acerté feliz, mi dulce dama.

Sin poder contestarle, el peli azul abrió un poco mis piernas. Posicionó sus manos en mi jean, y comenzó a desabrocharlo sin mucho afán; bajo lentamente de este y junto a el mi ropa interior.
Después del acto, se acosto boca abajo en frente de mi intimidad, sintiendo como su respiración chocaba contra ella. Acomodo sus manos en mis piernas, colocándolas en ángulo y abriéndolas un poco más. Lentamente acercó más su rostro a mi intimidad, y sin previo aviso: lamió mis labios vaginales. Encorvé la espalda de placer al sentir su húmeda lengua traspasar aquel límite, sentía como mi agitación se elevaba profundamente; no podía resistirme ante aquel lascivo acto.

_____: S-Stuart~ -Gemí y musité su nombre, tomando su cabeza con mis manos: acariciando aquella superficie.- Stuart...~

Me observaba complacido, le gustaba ver cómo su acto erizaba mi piel y producía placer en mi. Agudizando el acto, aceleraba las movidas de su lengua: conduciéndola constantemente de arriba abajo. O mejor aún, metiendo su lengua en mi vagina.

_____: ¡Ah!~ S-Stuart...~-Jadeaba con frecuencia, mientras sentía como pequeñas corrientes frías recorrían mi cuerpo; sabía que estaba lista para llegar al climax.- S-Stuart...~ c-creo que voy a...

No pude terminar la frase sin antes sentir las pequeñas pulsadas en mi utero. Stuart proseguía bruscamente el acto, tentándome más a llegar al orgasmo. Al final lo logro, eyacule en su boca, sin antes enternecerme y gemir con algo de fuerza. Claramente apenada le mire, me sentía aliviada pero avergonzada por la excitación. Stuart, por otra parte, solo se limitó a ponerse de rodillas ante mi estando en medio de mis piernas; y limpiándose la boca, me sonrió tiernamente.
Sin decir ninguna palabra, colocó sus manos en su pantalón; y seriamente empezó a desabrocharlo, para después bajarlo despacio junto a su ropa interior. Su miembro salió al descubierto, se encontraba enhiesto y muy excitado. Tomó con firmeza mis caderas apegándome a él, sentí el roce de sus muslos con los míos. Nos miramos unos segundos preparándonos para el próximo paso que daría el primer inicio a nuestro amor.
Sutilmente acercó su miembro erecto hacia mis labios vaginales: empezando a estimular las dos partes reproductivas. Nuestras respiraciones se profundizaban en jadeos al unísono, era el llamado del deseo.
Stuart, ya expulsando su primer liquido preseminal, estaba decidido a convertir dos distintos cuerpos con un mismo fin: haciendo el acto con delicadeza y lentitud. Metió su miembro dentro de mi vagina provocando un gemido por parte de los dos. Comenzó haciendo movimientos sutiles, meneaba las caderas hacia adelante y atrás; utilizando como amortiguador mis muslos.
Entre más avanzaba más conversábamos en jadeos y agitaciones. El roce de nuestras pieles inundadas en sudor y el disfrute que cada uno tenía por el otro era gustoso.
Era curioso y explorador, haciendo que la yema de sus dedos transitaran por debajo de mi camiseta la cual estaba muy mojada por el sudor. Tocaba mi abdomen subiendo poco a poco hasta tomar el control de mi sostén, subió la prenda por encima de mis pechos dejándolos descubiertos solo para el tacto de él:
Como si fuese un pequeño niño con un nuevo juguete: tocaba con suavidad mis pechos, presionaba con mucho cuidado mis pezones con sus dedos pulgares. Notoriamente en mi rostro se reflejaba el placer y el deleite que aquel provocaba en mi. Cerraba mis ojos y con un tono mucho más alto que el de él: empezaba a gemir. Sabía que por este tipo de cosas podrían echarnos del hotel además de que también los vecino podrían oírnos; pero, amo ser poseída solo por él.
El acto proseguía pero ya era más salvaje, se escuchaba el golpeteo de nuestros muslos chocar entre sí. Aferraba mis manos a la colcha de la cama por la intensidad a la que habíamos llegado, sin dejar de seguir gimiendo: aunque, para controlarlo, tuve que morder mi labio inferior dejando que hablase por mi la respiración agitada que llevaba.
El miembro de Stuart empezó a palpitar en mis adentros dando a entender que pronto concluiría, y dando sus últimos esfuerzos, dio lo mejor que pudo de él. Sus jadeos también eran sumamente ruidosos pero emocionantes en cierta parte. Finalmente se detuvo, y sin poder resistir más eyaculo dentro de mi, aunque tampoco me quede atrás y recreé su mismo acto; sin antes gemir al unísono como fin del orgasmo alcanzado. A decir verdad se sentía sumamente bien, aquel liquido que ahora estaba transcurriendo por mis piernas, se sentía cálido aunque viscoso.
Stuart salió de mi intimidad y algo agotado se acosto al lado de mi. Miramos por unos minutos el techo mientras nuestras respiraciones intentaban tranquilizarse después del ajetreo.

Stuart: -Se volteó a verme. Posicionó una mano en mi rostro y con ella obligó a que lo viese, pero de forma muy delicada- Me siento muy orgulloso al saber que una hermosa mujer como tú allá aceptado dejar que alguien tan simple como yo la allá podido tener a sus alcances.
_____: Ay, Stu. Gracias a ti por brindarme tu amor.

Me acerqué a él y bese sus labios, tomé entre mis manos su rostro: acercándolo más a mi. Después de eso, nos separamos y nos miramos fijamente entre una sonrisa enamoradiza.

Stuart: _____, quiero que sepas que yo te amaré toda la vida. Todos los años, los meses y los días si importar que pase...A veces pienso que esta vida es un vago sueño, y si al final es así, espero que solo a tu lado me pueda despertar y volver amanecer una vez más.

No podía evitar sonreír de oreja a oreja por aquel frase tan dulcemente hermosa, le abracé por el cuello y bese sus labios con todo el amor que podía transmitir de mi corazón.
Al concluir la noche, solo me escondí en su pecho mientras él me abrazaba por la cintura apegándome más a su cuerpo.

Stuart: ^Descansa, amor de mi vida.^

Susurro en mi oído, beso mi cabeza y como acto seguido se acosto en la almohada. Sonreí ante la dulzura que este me brindaba. Cerré mis ojos y me deje guiar por el calmado sonido de su respiración. Por fin he podido encontrar la persona que necesito en mi vida, ese es Stuart.