¿A los dos los amo? (Murdoc, 2D y tú) Segunda parte.

¿Esta viva?

Narra Murdoc Niccals:

Aquí empieza de nuevo la historia: la fantástica historia del reencuentro de Gorillaz. Otra anécdota que agregar del porque _____ no me quiere, y ni me querrá. Y es claro pensar en él porque; nuevamente estoy arriesgando la vida de la única mujer que amo.
Pero no es mi culpa. ¿O si? Solo intento recuperar el amor de ella. Puede que sea complicado, pues ahora la he dejado en manos de 2D. Y, ay. Lo único que quiero es intentarlo; pero en este preciso instante estoy perdiendo la conciencia mientras estamos a la deriva del mar. Con suerte, todo estaba fríamente calculado, así que...
Presione un botón, el cual tenia aquel carro negro; este comenzó a transformarse en un submarino.
El agua comenzó a dispersar: dejando el carro mojado en su interior; pero por lo menos ya contaba con algo de oxígeno. Efectivamente el centro de control detrás de la consola central no se dañó así que está completamente manejable. El espacio, a pesar de ser un poco reducido; de forma horizontal y de ancho es algo aceptable, por lo menos no estamos pegados unos a otros.
Después de todo, el problema es donde sentarse porque por el momento los chicos están tirados en el suelo. Además de que no es muy llamativo cómo le gustaría a _____, solo podría encontrar en sus alrededores cables, partes de metal, y lucecitas de colores.
Pero, ¿sabes? Hice un ventanal gigante solo para el deleite de ella. Para que pudiese ver el mar, acompañado de una que otra criatura extraña... Espero le guste el regalo.

Narra _____:

Comenzaba nuevamente a rehabilitar mis pulmones con ayuda del aire. El agua casi provocó un edema pulmonar, tal hecho que ocasionó una tos seca imparable. A veces vomitaba el agua acumulada dentro de mi.

Murdoc: ¡Princesa! Ya estás bien. -Se levantó de su puesto en un brinco y un chillido. Mientras aceleraba su paso hacia mi-.

La lívida luz del mar y del interior de lo que al parecer era un submarino: me dejaban apreciar una sombra que se acercaba. Anexo a ello, tal vez la luz: me hizo resucitar; solo me hacía apreciar nuevamente la vida.
Estaba en cuatro, mientras aún vomitaba el agua: me sentía débil. En eso, Murdoc se pone de cuclillas ante mi, tomando mi cara entre sus manos, mientras me apreciaba fijamente.

Murdoc: ¿Sabes? Este submarino es tuyo. Todo lo que veas es tuyo. Hasta mi corazón, es tuyo. -Acarició con sus pulgares mis mejillas-. Enserio...no sabes lo ilusionado que me hace volver a verte...

Mientras él me sonreía de manera enamoradiza, yo me limitaba a moverme lentamente y replicar su misma posición en la que se encontraba. Quise quedarme frente a este, sin romper la conexión de nuestras miradas. A llegado el momento que había anhelado desde hace tantos años...

_____: Oh, Murdoc... ¿Sabes que me hace feliz? -Posicione mis manos en su pecho-
Murdoc: ¿Que? -Pregunto el tonto, de manera enamoradiza-

Me limite a corresponderle la sonrisa enamorada con algo de hipocresía, puesto que en su momento de debilidad le empujé bruscamente hacia atrás. El azabache perdió el equilibrio y cayó: gimiendo adolorido.
Intente contenerme pero mi subconsciente me repetía en sus adentros: "hazlo". Y lo hice.
Patee "sutilmente" su entrepierna; intentando ser amable en el dicho acto. Pero creo que me pase.
El pobre diablo chilló de manera apoteósica: no dejaba de retorcerse y quejarse del dolor; lloriqueaba más que una canasta de pollos.

Murdoc: ¿P-Por qué lo h-hiciste? -Menciono tomándose con las manos la entrepierna y retorciéndose-.
_____: ¿Que por qué lo hice? ¡Ja! Eres un mentiroso acosador, morboso sádico, manipulador asesino; corrompido. Un ser tonto, de extremo orgullo que busca sólo su beneficio propio y nunca el de los demás.

El entorno guardo silencio, dejando el único sonido lacerado de Murdoc. Se escuchaba su respiración ajetreada, mientras cerraba aún sus ojos con extrema firmeza.
Se limitó a tranquilizarse, y por consiguiente, se levantó despacio del suelo. Luego de ello, se posicionó delante mío; tomándome de los hombros y suspirado para dar inicio a su comentario.