Ayúdenme, estoy atrapada en un fanfic de Hogwarts Mystery

11. Sueños húmedos y descubrimientos

Summary:

MC no deja de tener extraños sueños que involucran a... Oh no.
Alguien despierta de un sueño profundo.
Una salida a un club nocturno termina en un pequeño enfrentamiento.

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—Yo, Félix Rosier, te uno a mi alma y al alma de Barnaby Lee. A partir de ahora serás parte de nosotros, y nosotros nos volveremos parte de ti.

¿Un sueño? Sí, tiene que serlo. Ella tiene que rememorar los eventos de los últimos días paso por paso, ¿qué hizo antes de ir a dormir al lado de Murphy? Bien, mató a quienes lo lastimaron, pasó por el interrogatorio de Talbott, Bill y ella se perdonaron mutuamente, habló con Charlie, y tuvo ese pequeño inconveniente con Barnaby...

Algo falta, ¿qué puede ser? La respuesta debe estar en ese sueño que, técnicamente, es un recuerdo de un evento que pasó hace muy poco tiempo. Ahora se ve claramente, las velas formando un círculo, la oscuridad, la figura imponente de Félix con su varita en alto y apuntando a su brazo. Ella no puede dejar de ver la marca tenebrosa que se marca en su piel, sabe que es superficial y que no la relaciona con los verdaderos seguidores de Voldemort, pero... Se siente bien, siempre le ha atraído el peligro. Es una droga, una experiencia de la cual nunca tiene suficiente.

O tal vez tiene que ver con Félix. Durante gran parte de su estadía, ha pasado por alto que él también es un mago tenebroso. Asume que se debe a Barnaby, él siempre se ha mostrado sin tapujos, su violencia, la sangre que corre por sus manos... Es diferente con Félix, son dos gotas de sustancias distintas. Rosier es calmado, centrado, sabe lo que hace; al verlo se le es difícil imaginarlo formando parte de un escuadrón de asesinos. Claro que una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Igual que cualquier sueño, todo transcurre de manera desordenada y casi sin sentido. Al principio todo es normal, la ceremonia se realiza sin ningún problema y el sueño podría haber acabo en ese preciso momento. El asunto es que, su ensoñación toma un rumbo distinto al original. De un segundo a otro, MC está recostada en medio del círculo de velas con sus piernas abiertas y sin ninguna prenda de ropa que pueda cubrirla. Félix está sobre ella, desnudo de igual manera.

—Dime qué tanto lo deseas. —Susurra Félix. —¿Aceptas entregarte al lado oscuro?

El mortífago no recibe respuesta, la boca de Félix recae sobre uno de los senos de la mujer a su merced, mordiendo su pezón, chupándolo y sacándole un sonoro gemido. Su lengua se mueve alrededor de la endurecida protuberancia, jugando con su sensibilidad. Las uñas de MC arañaron el frío suelo del salón, su ritmo respiratorio alcanzó su pico máximo ahora que se encontraba atrapada entre las manos del mago tenebroso. Necesita más de sus toques, estaba desesperada por ello.

—Sí... Lo deseo tanto... —Responde ella después de algunas respiraciones rápidas, no sabe qué es lo que ocurrirá y anhela averiguarlo lo antes posible.

Félix baja lentamente, dejando un rastro de besos poco románticos y dulces en su estómago hasta que su rostro queda a la altura de su ingle. Sus manos sostuvieron los muslos de la hechicera, clavando las uñas en su carne. MC se sentía excesivamente mojada, temerosa de mostrarse tan urgida hacia la persona que podría devorarla en ese mismo instante. Su primer reflejo fue levantar sus caderas cuando sintió la nariz de Félix rozar su clítoris, la calidez que desprendía su boca la hacía ver las estrellas y él aun no estaba tocándola.

Gimió descaradamente cuando al fin experimentó la humedad de esa lengua plateada en sus partes íntimas, el calor que provocó vibraciones en todo su cuerpo. Su lengua iba de un lado a otro, sus dedos separaron sus labios bajos para darse una mejor vista y provocar su entrada cada vez que podía. MC abrió más sus piernas, deseando que él nunca se detuviera. Por otro lado, no tenía que pedírselo, Félix parecía disfrutar su sumisa entrega. Él chupó su clítoris un poco más antes de alejarse, mostrando con una expresión completamente sexual la forma en la que los jugos de su coño cubrían parte de su nariz y barbilla, abrillantando levemente su rostro. MC podría jurar que la vista fue suficiente para suplicar ser follada, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta cuando Félix reemplazó su lengua por algo más dactilar, presionando con su pulgar la pequeña protuberancia rosada y deleitando su interior con sus dedos largos. Ahora su rostro estaba frente al suyo, dándole la oportunidad de compartir un beso pasional y provocarla aún más.