14. El secreto de Barnaby Lee

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Summary:

MC decide salir de la historia, otros personajes pueden tomar su lugar en su ausencia.

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—Tú... Tú no eres un mago tenebroso. —Dijo Mérula entre tartamudeos, quien aún no salía de su estupefacción. —Te vi, has sido investigada, todos saben que trabajas para la Orden...

—Espera, te lo puedo explicar... —Era difícil saber a quién le hablaba Félix en realidad, su mirada vagaba entre Barnaby y Mérula mientras se ponía sus pantalones y dejaba su pecho lleno de cicatrices al descubierto.

—No será a mí a quien tendrás que darle explicaciones. —Dictaminó Mérula, dando media vuelta y comenzando a caminar hacia la salida.

Barnaby seguía sin reaccionar, su mente se debatía entre pensamientos rápidos y lentos, todo se mezclaba en un tumulto de confusión del que luchaba por escapar. Todos a su alrededor hablaban, se movían, su destino pendía de las manos de la odiosa Snyde, ¿por qué le importaba tan poco? Su existencia pareció perder sentido, ¿de quién era la culpa? ¿podía darse el lujo de ser tan egoísta como siempre lo ha sido? Prefiere molestarse, gritar, golpear a alguien, ignorar la voz en su cabeza que dice que todo fue por su causa.

Mérula pasa a su lado, directo hacia la salida de la mansión, es perseguida por Félix que sólo usa pantalones y MC que lo acompaña cubriendo su cuerpo con una sábana blanca. Barnaby logra que su cerebro brinde ordenes correctas a las otras partes de su cuerpo, de ese modo da un par de pasos lentos hacia la escena que se desarrolla al final de las escaleras.

—¡Sólo déjame explicarte! —Suplicó MC. —Sé que no tienes razones para confiar en mí, pero...

—Por supuesto que no confío en ti. —Dijo Mérula. —Eres una maldita espía, seguro te estás aprovechando de ellos para-

Mérula no pudo terminar de hablar, el aire es atravesado por un filoso estallido y la chica se toca el pecho como si la hubieran apuñalado. Ella observa a la persona en las escaleras con su varita levantada, Barnaby parece carecer de cualquier emoción, aunque su mirada parezca cargada de un brillo asesino. Mérula cae al suelo estrepitosamente, sigue con vida, pero poco tiempo. MC reconoce la palidez en su rostro, esa respiración suplicante por sobrevivir, los mismos síntomas que afectaron a Charlie en Egipto.

—¿¡Qué hiciste!? —Grita MC, arrodillándose junto al cuerpo de Mérula. —Eso fue innecesario, ella iba a escucharnos, sólo necesitábamos más tiempo.

—Te hice un favor. —Contestó Barnaby con voz fría.

—Carajo no, no haremos esto. —Decidió MC. —¿Cuál es el contrahechizo?

—Es imposible de deshacer, igual que un veneno.

—¿Félix? —MC lo miró esperando una solución, esperanzada al saber que él tiene todo tipo de pociones y conocimientos sanadores.

—Tiene razón, no hay solución... Pero podemos intentarlo. —Musitó Félix taciturno, inspeccionando el estado de Mérula con sumo cuidado. —¿Conoces a alguien que pueda darnos una mano?

—No lo sé, ahora que la Orden me considera una traidora es imposible que... Espera. —Una persona cruzó su mente como un rayo, tampoco tenía tantas opciones por lo que debía intentarlo a toda costa. Conocía a Mérula desde que eran niñas, sabe que sigue siendo una buena persona en el fondo; además, después de salvarla es probable que reconsidere los hechos y quiera escuchar sus explicaciones. Ahora estaban en el mismo barco.

Félix cargó el cuerpo de Mérula y tomó la mano de MC para que fuera ella quien los transportara al punto de encuentro. Barnaby se habría mantenido apartado de la situación si no fuera porque su anterior amante lo sujetó de la tela de su pantalón y lo obligó a acompañarlos para enmendar el error que había cometido. A Barnaby le pareció algo descarado, pero nada evitó que fuera arrastrado con ellos.

Ayúdenme, estoy atrapada en un fanfic de Hogwarts MysteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora