Peter POV.
Todo acabó.
Gwen volvió a su hogar, y perdió la oportunidad de viajar. Su presencia se desvaneció en nuestro universo; nuevamente, Gwen Stacy solo existe como un cadáver bajo tierra.
Supongo que imaginarás lo que ocurrió. Los Seis Siniestros perdieron en una batalla campal en su propia ciudad contra ellos mismos. Gwen fue liberada de ser considerada una amenaza; ahora simplemente es la heroína de su ciudad.
—Oye, chico —dijo el señor Stark, mirándome—. ¿Ocurre algo?
—Sabes, Tony —comencé a hablar—. Nunca lo noté, pero... creo que me encariñé con ella, aunque sea extrañamente difícil de explicar.
—Sabes que no es Gwen —respondió cortante.
—Lo sé —dije, suspirando—. Pero tendré que tragarme mi orgullo. A pesar de lo que me hizo sentir, creo que me salvó.
—¿Te salvó? ¿De quién? —me preguntó, extrañado.
—De mí mismo.
Al volver a nuestro universo, el reloj quedó como una simple baratija, sin energía del universo de Gwen. Ahora solo tenemos un objeto inútil en nuestras manos, un simple reloj que ni siquiera da la hora.
Volví a mi casa con un largo suspiro, notando mi realidad con dolor y melancolía. No es que ella se haya ido, es la frustración de saber que me ilusioné demasiado con ella sin la posibilidad de recibir algo a cambio.
Duele cuando recuerdas a esa persona que alguna vez fue lo más importante en tu vida y que ahora, tras todo el esfuerzo, tras tantos momentos juntos, tras compartir tantos sentimientos, tras hacer todo lo posible para complacerla, tras vivir cosas juntos que quizás nunca volverás a vivir igual, después de todo eso...
Simplemente...
Se fue.
—¡Peter! —dijo MJ justo al abrir la puerta, con una sonrisa en su rostro, visiblemente feliz de verme. Me dio un abrazo, y entre sus brazos encontré ese calor que me relajaba—. Dios, estaba muy preocupada. ¿Estás bien?
—¿Viniste a buscarme? Te dije que dentro de poco volvería —mencioné—. Ah, lo siento, tuve un problema con el señor Stark... Oye, Mary.
—¿Sí? —preguntó.
—Te amo —respondí, quitándome la máscara con una sonrisa.
—Eres un tonto —dijo entre risas—. Yo te amo más.
Una última noche como Spider-Man bastaría, solo una no me lastimaría. No sé si esté bien, pero... no quiero ser Peter ahora mismo, o bueno, no de nuevo. Me lastima pensar que lo seré.
Salí de madrugada, cuando mi tía estaba dormida y toda la ciudad se mantenía en movimiento. Bueno, a esta hora es más peligroso; debería haber una salida para todo. Finalmente, los Vengadores ya no son justicieros como yo.
O tal vez sí lo son, pero de una manera extraña; no saben moverse como deberían ni saldrían a luchar por su ciudad en la noche. Aunque tal vez los X-Men y Deadpool lo harían, no lo sé; los mutantes son algo extraños.
Escuché un ruido intenso, cercano a mi vecindario. Corrí directamente hacia el sonido, balanceándome con mis telarañas hacia su ubicación. Tenía un mal presentimiento, pero dudo que fuera el sentido arácnido.
Vi al ladrón cerca de una joyería; estaba huyendo de la escena, y comencé a seguirlo. Carajo, sí que era rápido. Se notaba que tenía bastante fuerza. Al tratar de escapar de un banco, he de admitir que era impresionante lo que lograba hacer.
Logré acercarme lo suficiente, y al caer, noté que era una mujer: cabello blanco, antifaz, traje negro con un pronunciado escote, ojos verdes tirando a un tono aguamarina, piel suave como porcelana, y caderas marcadas en un estilo gatuno.
Ay, no.
—Oh, arañita, me atrapaste —dijo, burlándose con una voz tranquila y sensual.
—Ah, debí imaginar que eras tú —dije, ayudándola a levantarse—. Black Cat, pensé que prometiste no volver a robar la última vez que te capturé.
—¿Cuando me dejaste escapar después de cansarte con una simple sesión? Lo recuerdo bien —dijo, humillándome totalmente.
—¿Por qué tienes que actuar así? Es una mala copia de Gatúbela —respondí con cierto tono molesto.
—Ja, ja —se notaba que eso le molestó—. ¿Tengo que devolver esto?
—Sabes que sí. Ambos sabemos que solo lo robas para molestarme. ¿Me equivoco?
—Siempre has sido bueno acertando —dijo entre risas—. Está bien, podemos devolverlo si quieres, pero tienes que acompañarme a hacerlo.
—Ugh, está bien, de igual forma no tengo nada mejor que hacer —respondí.
—Y bien, cuéntame, arañita —empezó a hablar la chica de cabello blanco—, ¿qué te tiene con esa cara larga?
—Felicia... —traté de dar un suspiro—. Sabes que ella se fue hace mucho, ¿no?
—Claro —respondió—. ¿Estamos hablando de tu tío, no?
—Eso quisiera —dije, soltando una risa tonta—. Mi tío se fue hace mucho, y aunque creo que nunca me acostumbraré, ya me resigné a que se fue.
—Entonces... ¿qué ocurre? —preguntó con curiosidad.
—Ella ocurre... Gwen Stacy —dije con un dolor extraño en el pecho—. Y no es solo ella, es Spider-Ghost.
—¿Ese tipo raro que era como tú pero blanco y con el que cambiaste a Ned? —preguntó—. Claro que lo recuerdo.
—Es un poco desventajoso que sepas sobre Ned —dije entre risas—. Era una chica, y es confuso, pero... ahora se fue.
—Vaya —dijo sorprendida—. Es tonto que haya ocurrido eso; no esperaba que tú y ella se separaran tan rápido.
—Nos separamos hace mucho —dije—. Ya no importa, pero ella era Gwen Stacy.
—¿La chica que mataste en un acantilado hace años? —preguntó, de una manera que resultó dolorosa.
—Sabes que no la maté —dije apretando los puños.
—Eres tierno cuando te enojas —dijo entre risas.
—Felicia... yo amaba a Gwen.
—Lo sé —dijo, arreglando un poco su cabello—, pero nuestras noches juntos dicen que no es así.
—Eres bastante tonta —respondí—. Es complicado de explicar, pero se fue.
—Mira, te lo diré simple, araña —dijo—. Tú mereces vivir tu vida tranquilo. Incluso quien sea que esté bajo esa máscara lo merece. Así que, ¿cuál es el punto de huir constantemente de lo que eres?
—Tienes razón —dije, apretando los puños—. Ah, ya llegamos.
Y al devolver el botín, ella y yo pasamos la noche juntos. Me acompañó a capturar algunos villanos; con sus garras, fue sencillo. Volví en la madrugada a mi casa."
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Tu, Siempre Fuiste Tu - Spider-man x Spider-Gwen
FanfictionHan pasado dos largos años desde la trágica muerte de Gwen Stacy. La vida de Peter Parker, así como la de Spider-Man, se ha transformado en una lucha constante contra la tristeza y la desilusión. Cada día parece teñido de un gris impenetrable, y tod...