Parte 24

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Gwen POV.

Sigo sin poder asumir ni creer lo que ocurre a mi alrededor. Muy probablemente, el miedo a enfrentar mi realidad me estaba consumiendo. Harry casi me mata, y aunque sé que no era plenamente consciente de lo que hacía, eso no cambia el hecho de que fui enviada volando hacia un edificio por un golpe suyo y caí, atrapada en el vacío mental que me produjo la contusión. Sentía cómo mi cuerpo temblaba y la visión se me nublaba, pero mi mente, a pesar del dolor, gritaba una y otra vez "sálvalo", como un mantra inquebrantable.

Cuando finalmente pude abrir los ojos, no reconocí el lugar donde estaba. Sangre cubría mi frente y mis brazos estaban destrozados, cada movimiento parecía una tortura, pero traté de ponerme de pie. Sabía que mi cuerpo ya no respondía como debía, pero también sabía que no podía rendirme. Recordé, y las palabras de mi padre volvieron a mí como un eco lejano, El General Stacy realmente siempre encontraba la manera de reconfortarme: "Si mueres de pie, entonces no has perdido".

Mientras trataba de recuperar el equilibrio, mi visión se aclaró lo suficiente para ver a Eddie Brock y Miles Morales que, por fin, llegaban a la escena. El polvo y el caos aún envolvían el lugar, y aunque no entendía del todo dónde estábamos, al ver al tercer hombre, mi corazón dio un vuelco. Vestía un traje negro, cubierto por un simbionte, y luchaba con una ferocidad que no recordaba haber visto antes. Entonces, la esperanza me embargó al darme cuenta de la verdad: ¡¡Parker esta vivo!!

Mis ojos se llenaron de lágrimas al comprender que no lo había perdido. Quise correr hacia él, abrazarlo y asegurarme de que estaba bien, pero mis brazos simplemente no respondieron. Dolía demasiado, pero la paz que sentí en ese momento era inexplicable.

La batalla frente a nosotros era intensa. Peter, envuelto por el simbionte, lanzó tentáculos de sombras que se extendieron con velocidad y precisión, envolviendo al Duende Verde y levantándolo en el aire. Harry, con los ojos desorbitados y un rictus de locura, luchaba por liberarse. La regeneración constante de su cuerpo le permitía evitar heridas fatales, pero ya comenzaba a mostrar signos de agotamiento. Aun así, soltó una risa espeluznante mientras se sacudía para zafarse.

—¡Parker! —rugió Harry, sus manos temblando de ira mientras intentaba romper las extremidades negras que lo aprisionaban—. ¡Muérete, Cucaracha!

Con un esfuerzo sobrehumano, Harry liberó uno de sus brazos y tomo uno de los tentáculos del simbionte, jalándolo hacia el y golpeando el suelo . Peter reaccionó a tiempo, deslizándose hacia atrás en un movimiento ágil, y el golpe, tan fuerte que hizo temblar la tierra nos sacudió. El ruido ensordecedor y la lluvia de escombros añadían más confusión al caos. Parecía que por el Ruido Venom Trato de huir, sin embargo, fue directo al cuerpo de Eddie Brock.

Eddie, cubierto esta vez por el simbionte, se abalanzó sobre Harry, aprovechando el momento de distracción. Sus movimientos  furiosos, golpeando al Duende con una serie de impactos que hicieron eco en el aire. Harry, aún sonriendo a pesar de la sangre que manchaba su rostro, contraatacó con una fuerza desmedida, arrancando a Eddie del suelo y lanzándolo contra una pared cercana.

Miles, por su parte, se movía rápidamente sin pensar nada. Sus habilidad para moverse entre la destrucción le permitieron acercarse sin ser visto, tejiendo una telaraña que envolvió los tobillos de Harry. Girando sobre su eje, Miles lanzó el cuerpo de Harry hacia una pared, dejándolo tambaleándose.

—¡Hijo de puta! —gritó Miles, con la voz rota por la rabia contenida.

Harry soltó un rugido que resonó como el grito de un animal herido. Su cuerpo comenzó a regenerarse una vez más, pero la fatiga se notaba en su respiración entrecortada. En un último acto desesperado, sacó una daga oculta en su traje y se lanzó hacia Peter con la velocidad de un relámpago.

El tiempo pareció detenerse. Vi a Peter girar, sorprendido por la repentina embestida, mientras el filo de la hoja se dirigía hacia su abdomen. Sin pensarlo, traté de gritar, pero mi voz no salió. Un tentáculo del simbionte emergió de Eddie y bloqueó el ataque a escasos centímetros de su cuerpo, envolviendo el brazo de Harry y apretándolo con fuerza. El Duende soltó la daga, que cayó al suelo con un sonido metálico.

Eddie aprovechó la oportunidad y, sin piedad, embistió a Harry, tirándolo al suelo y golpeándolo con tal fuerza que el eco de los impactos se escuchó en todo el lugar. Finalmente, Harry quedó inmóvil, inconsciente.

El cansancio se notaba en todos nosotros.  por un momento, el silencio reinó. Apoyándose en la pared, Peter me buscó con la mirada y, al encontrarme, se lanzó hacia mí y me abrazó con fuerza. No pude corresponderle, pero apoyé mi cabeza en su hombro, permitiendo que unas lágrimas silenciosas brotaran de mis ojos.

—Oye, Peter... —susurré, con la voz quebrada—. Tengo los brazos rotos, no me abraces tan fuerte, por favor.

 —¡Ah! ¡Lo siento! —dijo, soltándome rápidamente y sonriendo, con un brillo cansado en los ojos—. Vaya, el simbionte sabe curar... ya no hay ni rastro de la herida que...
—¿Dónde estamos? —lo interrumpí, mirando alrededor.

Peter finalmente explicó la situación y yo solo permanecí callada, sin querer equivocarme con lo que diría. Solo miré a Miles y a Eddie.

—¿Se dan cuenta de lo que hicieron? —pregunté, molesta—. Tengo los brazos destrozados, casi nos matan, y a ustedes los habrían asesinado si no hubiéramos hecho un uno contra cinco. Estamos perdidos en medio de la nada multiversal, y todo porque no pudieron guardar esos relojes. 

—Esta vez estoy de acuerdo —dijo Venom, a través del cuerpo de Eddie. Peter asintió con la cabeza. 

—Lo siento, señora Stacy —respondió Miles, mirando al suelo como un perro regañado.

Al salir de la esquina, noté algo que me dejó impactada: un Spider-Man con la misma apariencia que mi Peter Parker, perseguido por lo que parecía ser una mujer con un traje muy similar al de Tony Stark, y ambos teniendo una conversación. Peter se acercó y miró con gran impresión.

—El Duende murió, y Harry no me agrada —dijo ese Spider-Man.

Y entonces, como si fuera un relámpago, llegó aquella mujer con su armadura morada, parecía llevar el mismo traje que llevaba en su momento Tony Stark

—Si lo escuchaste... —dijo, aquel Spider-Man.

 —¿Él... te hizo eso? —preguntó Pepper, aterrada. 

—Sí, y espero que puedas hacer lo que yo no pude; perdón —dijo ese mismo Spider-Man antes de huir del lugar, asustado y veloz.

Estaba a punto de avanzar, al ver que ese era el Señor Negativo, al que estábamos buscando. Sin embargo, Peter me tomó del brazo, aterrorizado, tapando mi boca para que no nos vieran.

—Gwen... Ese soy yo —dijo, aterrado. 

—¿A qué te refieres? —susurré, quitando su mano de mi boca con miedo en la mirada.

 —Soy yo... Bueno, ese Spider-Man, estoy seguro de que esto lo viví yo, hace dos días, justo antes de ir a tu dimensión —respondió, con una mirada sombría—. Y ella... es Pepper Potts, Ex esposa viuda de Tony Stark. No sé cómo, pero ya viví esto desde otra perspectiva.

En teoría, el reloj permite viajar entre dimensiones de forma lineal; incluso cuando regresé a casa, habían pasado varios días de manera similar al tiempo que estuve atrapada en esta dimensión. Asi que no tiene ningún sentido que esto estuviera ocurriendo, ¿verdad?

—Gwen, Creo que... el reloj nos devolvió en el tiempo. —contestó.

Tu, Siempre Fuiste Tu - Spider-man x Spider-GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora