|My Kidnapped QUEEN!!| |MoShang|

19° Dudas despejadas [Final].

明確な疑問。/ Meikakuna gimon.
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Una semana pasó volando. Una semana llena de trabajos y cuentos sin contar. Una semana que el sistema no había hecho acto de presencia.

Solo duró una semana.

*Sistema: Tiempo límite: 2 días.*

¡Maldito sistema de cuarta!— Maldijo Shang QingHua.

Había tenido unos de los peores momentos de su eterna vida. ¿Por qué? Porque sí, a la vida le encantaba joderlo y esto no era la excepción.

El pensamiento de sentir algo grande por su rey le carcomía el cerebro. Sus sentimientos se hacían notar más con cada día que pasaba. Y sentía que aquella semana había sido una tortura para él. Completamente una tortura.

Mobei-Jun, por otro lado, lo ignoraba cada vez que podía. Se escabullía de Shang QingHua desde el beso que le transmitió energía espiritual, la cual— por cierto— le facilitó las cosas al roedor. Y sea para bien o mal, el rey de hielo no quería dar el siguiente paso. Aún existía la duda.

¿Shang QingHua lo amaba de verdad? Se preguntaba el demonio.

El sentía que lo había hecho todo. Cortejarlo (No de las mejores maneras), protegiéndolo de los peligros exteriores, dándole tratos buenos, siendo amable con él, pero nada parecía funcionar. ¿Obligarlo a estar con él? Porqué eso haría un demonio de verdad.

Más, el hermano avión, no estaba ni enterado de esto.

Al parecer si es un idiota.

Las cosas no mejoraban. Y el tiempo se acababa.

Shang QingHua tuvo que tomar una decisión que lo llevaría a la muerte— solo miente— porque no planeaba acostarse con su rey en esas circunstancias tan extrañas y extremas. Con solo pensarlo lo hace estremecer de pies a cabeza.

¿Qué se sentirá tener el papapa con Mobei-Jun? Pensó el autor, Avión disparando hacia el cielo.

Una cachetada resonó en todo el castillo helado.

El rey del lugar miró preocupado al maestro de An Ding, Shang, que tenía aún su palma en la mejilla izquierda de su cara.

— ¿Qué ocurre?— preguntó con su profunda voz. Sin hacer una expresión de más.

— N-Nada mi rey— tartamudeo el roedor.

Shang QingHua no planeaba decirlo en voz alta— y peor a su rey— sus pensamientos obsenos  que tuvo hace un segundo atrás.

Ambos hombres estaba en el cuarto de Mobei-Jun arreglando unos papeles desarreglados que había traído el más pequeño para entregar a la mañana siguiente, lo cual, aún faltaban unas horas.

Se sentía extraño y un poco dolido por ser ignorado después de ese corto diálogo. Shang QingHua también se sentía un poco preocupado por su rey —más triste, pero eso no importaba— y quería volver a lo de antes. Tal vez si vuelo a estar como antes, mi rey regresará. Pensó ingenuamente el roedor. Las cosas ya estaban hechas, y volver al pasado solo haría volver el dolor que sienten en el presente.

No era fanático de usar un tono cariñoso y meloso con rey, sin embargo, recordando el pasado, así actuaba frente a él. Solo un poco cariñoso con él, solo un poco.

— Mi rey, ¿desea algo?— habla dulcemente.

— No.