Perdón. [Hürren x Ibrahim]

Cinco.

Le dolía, le ardía la indiferencia del Pasha. Había intentado hablar con él pero siempre ponía una excusa. Jamás se había sentido de esa forma, necesitaba aclarar todo porque se estaba volviendo loca al solo pensar que él pudiese creer que todo era un plan para hacerle daño.

Ya no estaba en sus planes dañarlo, no pretendía hacerlo nunca más, al final se había dado cuenta que todo ese tiempo actuó en modo automático. Lo hacía por querer devolver todo lo que le tiraban, y aunque si le lastimaba recordar las duras palabras y acciones de Ibrahim tampoco lo podía culpar, ella había sido igual de cruel con él.

—¿Dónde estarás...?-susurró mirando por la ventana, una pequeña sonrisa se le formó en los labios al ver la nieve caer.

Se escuchan risas y murmullos en el Harem, sabía que estaban felices por la nieve, pero mientras ella veía el paisaje no podía evitar pensar en él. En como se había sentido al estar en sus brazos, ese simple abrazo la había reparado por completo, necesitaba una vez más sentir la fuerza de Ibrahim rodeando su cuerpo, pero era como si al Pasha se lo hubiese tragado la tierra.

—Sultana...- susurró Sümbül mirando a la hermosa mujer, él presentía lo que le pasaba a su Sultana, pero estaba esperando que ella se lo contara, porque si lo hacía era porque realmente le tenía la confianza suficiente como para dejar su vida en sus manos.

Él de verdad la apreciaba, era lo más cercano a una familia. Le dolía verla así de triste pues acostumbraba a tener una pequeña sonrisa en el rostro la mayoría del tiempo y ahora ni eso.

—¿Haz sabido algo de Ibrahim, Sümbül?- preguntó sin dejar de mirar la nieve.

—El Pasha la espera en su habitación...- murmuró.

La Sultana rápidamente lo miró, los dos estaban en silencio, ella miró hacia los lados y suspiró al ver que no había nadie más. Se acercó a él y tomó sus manos.

—Gracias Sümbül...

—Lo que usted desee Sultana- dijo con una pequeña sonrisa- siempre estaré para servirle.

—Oh Sümbül... No sé que me pasa, es como si... Cómo si de un hechizo se tratase, no logro dejar de pensar en él, mi pecho arder cada vez que lo recuerdo, me cortarán la cabeza y aún así no me importa... Es como si su amor me hubiera sedado por completo, no logro entenderlo- confesó, el hombre solo la miró y sonrió levemente al confirmar sus sospechas, también al saber que ella confiaba en él, desde ahora la cuidaría mejor.

—Esta enamorada, Sultana, no le tema al amor... Es lo único que ahora la mantiene con vida, vaya y hablé con él...-sonrió- aunque, aún no comprendo de todo cómo pasó, y cuando sucedió todo esto.

—Desde el principio, siempre lo quise, Sümbül, solo que... La rabia, el dolor, los celos, todo aquello me cegó hasta el punto en que me convencí a mi misma que lo odiaba, pues no tenía de otra, él estaba del lado de Mahidevran y la Madre Sultana, ahora mismo no sé qué pensar... Además está también Hatice.