Veinticinco.

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El velorio de Süleyman estuvo increíblemente silencioso, era como si todos sospecharan lo que realmente había pasado pero nadie era capaz de decir nada. Mustafá subió al trono con los papeles en la mano, rompiendo esa ley creada hace años atrás dejando claro que en sus planes no estaba asesinar a sus hermanos ni que su heredero llevará la carga de la muerte de su propia sangre sobre su corona.

Muchas mujeres del harén creían que ahora que Mahidevran era la madre Sultana le haría la vida imposible a Hürrem pero grande fue la sorpresa cuando las dos entraron al harén con sus respectivas coronas sobre sus cabezas, se veían hermosas mientras andaban de un lado a otro juntas, Hürrem le explicó como se debía manejar el harén y con la ayuda de algunas mujeres que siempre estuvieron a su lado ayudándola pudo hacer esa tarea menos complicada.

Cuando la coronación de Mustafá y también de Mahidevran llegó, Hürrem se quitó su corona dejándola sobre la que un día fue su cama con una sonrisa llena de melancolía, dejaría el palacio esa misma noche e iría al viejo Palacio para vivir tranquilamente. Muchos no entendían porque Mustafá estaba siendo tan compasivo con la esposa del difunto Sultán Süleyman, todos creían que le quitaría todos los títulos dados dejándola prácticamente en la calle y sus hijos -a excepción de Mihrimah- perderían la vida, pero ellos al igual que su madre fueron protegidos y envíados a nuevas provincias para que ellos ayudarán a ese gran y próspero imperio.

Ibrahim miraba con orgullo al que en algún momento fue su estudiante estrella, veía en él todo lo que siempre quiso ver en Süleyman, un Sultán de buen corazón e inteligente. Hürrem junto a Mahidevran veían desde un extremo del palacio la coronación del hijo mayor de Süleyman, las dos se miraron y asintieron. Era extraño aún para ellas lo rápido que todo había pasado y lo más nuevo era lo bien que sus carácteres habían congeniaron haciendo que una linda amistad surgiera sobre todos esos escombros que dejó la rivalidad que crearon para sobrevivir en ese harén lleno de serpientes.

Hürrem miró al hombre que amaba, se veía sumamente atractivo junto al nuevo Sultán, su porte recto que siempre lo hacía parecer más poderoso de lo que era la hacía temblar. Lo amaba tanto, su corazón revoloteaba como loco sobre su pecho al verlo sonreír y susurrarle cosas a su majestad, las hormonas del embarazo no le ayudaban en todo lo que estaba sintiendo.

Se despidió rápidamente de Mahidevran diciéndole que quería ver si ya todo estaba listo para marcharse, se alejo a paso lento y tranquilo pensando en lo mucho que había cambiado su vida, que las rivalidades entre esos pasillos de ese palacio ya no podían afectarla más, que por fin sería libre de vivir el verdadero amor y ser feliz...

Salió de su ensueño cuando se encontró con Malkoçoğlu, los dos se miraron a los ojos por varios segundos hasta que no aguantaron más y se rieron, el le tomó los hombros y la pego a su cuerpo abrazándola. Muchas veces fueron las que él la protegió sin que ella siquiera se enterará, la amó con una intensidad casi cegadora pero cuando la vio mirar a Ibrahim con esos ojos cargados de amor no pudo hacer nada más que hacerse a un lado y dejarla ser feliz, aunque tuvo que seguir protegiéndola de no ser atrapada por el Sultán. Al final terminó uniéndose más con Mahidevran una vez que la encontró llorando, no pudo evitar querer protegerla y cuando la tocó por primera vez supo que ya no había vuelta atrás y cayó totalmente enamorado de esa preciosa mujer.

- Gracias por todo Bali Bey...- susurró dejando que él acariciara su espalda, su círculo de amistades era pequeño pero él entraba ellos y por eso lo estaba dejando cruzar esa línea que en ese imperio estaba prohibida.

- No me lo agradezca Sultana...

- Hürrem, soy Hürrem para ti - dijo alejándose un poco para mirarlo y sonreír.

- Entonces, no me lo agradezcas Hürrem, yo lo hice porque siempre creí que merecías más que un "amor" lleno de grietas e Ibrahim te ofrecía eso que siempre quise que tuvieras.-. «Que tuvieras conmigo» pensó y sonrió, de verdad que la amó.

Perdón. [Hürren x Ibrahim] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora