Diecisiete.

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Hürrem al pasar del los años había aprendido perfectamente a mentir, las mentiras a veces eran mucho más pesadas que las coronas que a veces llevaba en su cabeza

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Hürrem al pasar del los años había aprendido perfectamente a mentir, las mentiras a veces eran mucho más pesadas que las coronas que a veces llevaba en su cabeza. Pero en un lugar donde buscan el más mínimo error para acabar con tu vida el mentir es algo primordial para sobrevivir y Hürrem ahora tenía muchos motivos para querer vivir y mantenerse a salvo.

Pero dicen que las mentiras son como el océano, mientras más grande es la mentira más fuerte son las oleadas y te pueden arrastrar, nadar contra la corriente es una muerte asegurada si no tienes la fuerza suficiente y ella lo sabía, pero por más que sus brazos le ardían y su cuerpo le pasaba no se detenía ni un segundo, rendirse no estaba en sus planes. Se dejó llevar por aquellos pasillos dorados, sabía perfectamente para que iría a los aposentos de Süleyman.

Al llegar a los aposentos de su antiguo amor se quedó parada mirando ese pasillo que la llevaba a la puerta principal, hizo una pequeña mueca y camino hasta ésta y la abrió. La habitación estaba oscura, sentía el olor de la sangre golpear con fuerza sus fosas nasales así que llevó su mano hasta su rostro tapando su nariz y su boca. Trato de enfocar la vista pero solo veía oscuridad, camino con cuidado hasta la puerta que la llevaba a la terraza y la abrió buscando un poco de luz, cuando se giró ahogó un grito al ver la cantidad de sangre en el suelo, algunas prendas de ropa rota tirada en algunos lugares y Süleyman sentado en un rincón mirándola fijamente.

-¿Majestad...?

El silencio reinó, Hürrem sentía las náuseas crecer en su estómago, las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando vio el cuerpo a los pies de Süleyman, el cuerpo empezó a pesarle y dejó que el grito más desgarrador que alguien en le palacio haya oído jamás saliera de su boca haciendo temblar el cuerpo recto de Süleyman. Corrió rápidamente y se dejó caer de rodillas frente al cadáver frío de Ibrahim, tomó su rostro entre sus manos buscando desesperadamente su mirada pero no había nada más que frío, sangre y lágrimas.

-¡Ibrahim!- movió su cuerpo buscando alguna señal de vida pero nada pasaba, su amor, su amor estaba muerto- Despierta Ibrahim, despierta por favor...

Se acercó lentamente hasta dejar que sus labios se juntaran con los fríos y bañados en sangre de su amante, sintió el sabor tan característico de la sangre en su saliva, y rápidamente se alejó sintiendo cada vez más las náuseas crecer en su cuerpo, se dejó caer sentada mirando sus manos llenas de sangre, su vestido...¿Desgarrado? levantó la mirada encontrándose con Süleyman junto a Rüstem riéndose de ella, rápidamente llevo sus manos a sus pechos tratando de cubrirse pero algo que llamó su atención fue que los dos hombres se estaban arreglando su ropaje.

Ultrajada.

¿Había sido ultrajada? Pestañeo con fuerza sin entender nada hasta que su cuerpo fue removido con fuerza y voces a lo lejos la hicieron despertar de golpe. Estaba en su habitación acostada en su cama, Sümbül la miraba algo asustado junto a Lizzie, los dos rápidamente la ayudaron a levantarse pero al tratar de ponerse de pie se tambaleó cayendo una vez más a la cama llorando, aún sentía el sabor de la sangre en su boca, todavía podía sentir el cuerpo frío de Ibrahim y las risas de esos dos hombres.

Perdón. [Hürren x Ibrahim] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora