•Dentro Pero Fuera De La Familia•

Capitulo 2

𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨.

—Buenos días.

—¿Qué tal dormiste cariño? ¿Una mala noche? —mi mamá era como las actrices de las películas de los 90's, te hablaban bonito y te hacían hotcakes con frutas bien acomodabas formando caritas felices. Pero también es una mamá ruda con poder de voz y decisión. Si ella decía "no" era no y se acabó.

—Soñe con Brian otra vez. —recuerdo haber escuchado la puerta principal abrir y cerrarse, luego mi padre entrando a la cocina besando a mamá. Me había puesto recta, con la frente en alto, casi poniendo un cartel que dijera "Papi, bésame la frente". Lo cual nunca hacía, por más que le rogará.

—¿Y Tadeo?

—Durmiendo cariño, ayer la fiebre no lo dejo dormir como se debe.

—Iré a verlo. —y volvió a pasar por mi lado y volví a ponerme recta, recibiendo una mirada de fastidio. Cómo cuando las visitas en tu casa no te agradan, solo haces una cara, pero no dices nada. Así es mi padre conmigo, única y exclusivamente conmigo.

—Date prisa mi vida, te llevaré está vez a la escuela.

—¿Puede llevarme papá está vez?

—Okey, pero termina y ve a ponerte tu uniforme, se hace tarde.

Antes de bajar del carro cuando mi padre me llevó a la escuela, me acerqué a él con la sonrisa más tierna que me sabía, señalando mi frente insistente.

—Baja ya.

—Pero papi.

—¡Ahora! —triste por el siempre rechazo de mi padre, bajé del auto y sin mirar atrás entré a la escuela. Al menos ahí era un poquito feliz con mis compañeros de salón.

Regresando después de cinco horas de aprender nuevos conocimientos repetitivos del sistema educativo del país, me fui directo a mi cuarto. Más específicamente a la cama de mi hermano mayor, era lo único que quedaba de él en esa casa que se sentía vacía desde que Brian desapareció de nuestras vidas.

—Fátima a comer. Te estamos esperando.

—No tengo hambre mamá. Quiero dormir.

—De acuerdo, pero te quiero en la mesa a la hora de cenar. Duerme poquito nada más. —asentí cerrando los ojos y pasando las cobijas por mi pequeño cuerpo hasta taparme completa.

Sin saberlo, ese día fue el primero en el cuál tuve un episodio de depresión.

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