Samuel y yo habíamos llegado al aeropuerto de París. Todo estaba ya listo.
—¿Qué tal el vuelo? —me preguntó Samuel.
—Ha estado bien.
Pasó su mano por mi mejilla para después darme un beso.
Nos dirigimos al hotel, nos hospedamos y caminamos hasta nuestra habitación.
Una vez ahí dentro Samuel se metió a la ducha, yo prendí la televisión mientras esperaba a que Samuel saliera. Esto era lo mejor, en verdad no podía creer que todos esto habría pasado, la boda, el viaje y todo. Todo era simplemente perfecto cuando estaba con él. No había tiempo, ni espacio, no existía otra cosa más que fuera él.
Sin que yo me diera cuenta, Samuel se había sentado en el borde de la cama a un lado mío, pasó su mano por mi cuello y yo recargué mi cabeza en su hombro.
—Te amo —me dijo acariciando mi cabello.
—Yo también te amo, mi esposo.
—Cuando lo dices así, todo es perfecto.
Le sonríe y después junté sus labios con los míos y el puso sus manos en mi cintura. Su cuerpo, aún frío y mojado por la ducha hizo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo, desde mis pies hasta la cabeza. Pasé mis manos por su pecho duro y él levantó suavemente mi camisa. Casi podía sentirme en el cielo cuando él me tocaba, cuando me besaba y cuando me hacia suyo. Y esta vez si que era diferente a las demás, pues era nuestra luna de miel, y en París.
Le quité la toalla de su cintura y lo dejé completamente desnudo, él, para no quedarse atrás, me quitó el pantalón y la camisa. Apretó mi trasero y yo le mordi el labio inferior.
—¿Quieres que sea duro? —me preguntó con cara perversa.
—Sí, por favor —le dije entre jadeos.
Me tumbó en la cama y me miro excitante y a la vez dulce. Reconocía esa mirada en cualquier parte.
Pasó su lengua por mi cuello hasta llegar a mi pecho, mi estómago y cintura. Cerré los ojos y él comenzó a lamer lentamente mi miembro desde la punta hasta tocar fondo. Gemía de tal manera que parecía que iba a despertar a los de la otra habitación.
—Shhh. Los demás llamarán a recepción —me dijo Samuel y se rió.
—Está bien, pero por dios, lo haces tan genial.
—Lo sé pero guarda silencio.
Él volvió a poner su lengua por mi miembro y yo le rasguñé la espalda, volvió a metérselo todo a la boca y gemí ahogado, se levantó para besarme y puso mis brazos extendidos sobre la cama.
—Déjame intentarlo —le digo.
—Está bien.
Bajé hasta las extremidades de su cintura y le deposité un beso, pasé mi lengua sobre la punta de su miembro y él gimió róncamente. Me lo metí todo a la boca y volvió a gemir del mismo modo.
Estuve así como por diez minutos.
—¿Estás listo?
—Bueno, no es que vaya a quedar embarazado.
Samuel se echó a reír y me miró con dulzura.
—Estoy seguro que no.
Se acomodó para poder entrar en mí y lo hizo, entró despacio, muy despacio hasta que me acostumbré a él.
Y es que uf, era enorme joder. Empezó a moverse, cada segundo un poco más rápido hasta que, perdí la noción del tiempo y era una sensación que no podía describir.
—¿Más duro? —me preguntó.
—Más duro, Samuel.
El sudor en su pecho hacia que me derritiera, le sudaba la cara, el pecho y las manos, yo estaba en ese mismo estado, cansado recibiendo a Samuel hasta que se vino dentro de mí y se recostó a mi lado.
—¿Estás bien?
—Sí. Es genial como acabas.
Samuel se echó a reír y me sonrió, un poco sonrojado.
—Ay mi Guille. Te amo tanto.
—Yo también te amo.
Al día siguiente, fuimos a la Torre Eiffel, El Arco del Triunfo y a varios restaurantes cerca de ahí. Todo era tan maravilloso junto a él.
La hora de nuestro vuelo había llegado, era hora de volver a Madrid."Las sorpresas no acaban aún"
De: Frank
A la(s): 06:06 p.m¿Que significaba eso? ¿Qie quería darme a entender? Frank sabia que odiaba las sorpresas y ahora no podría dormir durante todo el vuelo de vuelta a casa, a este chaval se le ocurre cada cosa.
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El salseo se aproxima, mucho mucho salseo. Y aprovecho para decirles que he creado un nuevo fic,pueden buscarlo en mi perfil ;)
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Un Amor de Medianoche «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 4)
FanfictionEl último tomo de la épica historia de Guillermo y Samuel, amantes de la serie de Alexi5000 «Wigetta a Medianoche» Todo lo bueno se acaba, Lector Constante, y ni siquiera Alexi5000 es capaz de narrar una historia que jamás se acabe. El autor teme qu...