El primer juicio.

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De pronto, las manos empezaron a temblarme, no era justo, no lo era.
Quise matar a Linsey en todos los sentidos posibles, pero ni eso haría que retirara la demanda. ¿Por qué la gente se empeña tanto en hacer daño y quitarte lo que más quieres?
Samuel me tomó de las manos, me recostó contra su pecho y pasó su mano por mi alborotado cabello.
-Todo está bien -susurró-. Todo está bien.
Quise creerle, pero no podía. El juicio empezaba en unas horas y estaba mal. Se supone que debo dar una buena imagen, ser un buen padre, no es que no lo sea, pero cuando me piden actuar como algo que no soy me sale de las peores formas posibles.
Levanté la cabeza para besar a Samuel, bajé por Zeus y lo bañé, lo alisté para ir y después me alisté yo.
Irían los padres de Samuel, los míos y nuestros amigos. El padre de Samuel se había tomado la molestia de conseguirnos un buen abogado, aunque estoy seguro que para ese caso Linsey tenia uno mejor que nosotros.
Así que nos vestimos de etiqueta, alistamos a Zeus y fuimos hacia el jurado.
Nuestra familia y amigos ya estaban ahí, nos miraban diciéndonos que todo saldría bien, que no nos preocuparamos.
-¿Esto es lo que querías? -le dijo Samuel a Linsey.
-Solo quiero que el niño crezca bien.
-¿Y como es eso? Por que contigo no creo que sea.
-Samuel, calmate -le dije agarrándole del brazo.
Linsey estaba perpleja, aunque sabia que no retiraría la demanda. Cuando ella se proponía algo, lo hacia.
El juicio empezó como cualquier otro maldigo juicio donde se peleaba la potestad del niño, lo gracioso era que ella ni siquiera era la madre, ni nosotros los padres.
Empezó a hablar Linsey, con cada cosa estúpida que decía, de hecho, su boca solo se abría para hablar estupideces.
Samuel me decía que me calmara, que todo iba a salir bien, pero no le creía, no del todo.

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Aquí les traigo otro cap. El final está cerca

Un Amor de Medianoche  «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora