Tan seguro como que el infierno existe, que no ve lo que se avecina.

158 16 1
                                    

A la mañana siguiente, lo que nos despertó a Guillermo y a mí no fue el despertador, si no el llanto de Zeus, al parecer tenía hambre.
Como no teníamos leche para bebés, salí a comprarle a la tienda.
Compré todo lo que era necesario. Pañales, leche, mamila, todo lo necesario para que el pequeño Zeus estuviera bien.
Cuando llegue, Guilleme dio a Zeus y él se puso a prepararle su lamila.
-¿Ahora resulta que sabes hacer esto? -le digo riendo.
-Aprendí cuando mi hermana estaba pequeña, sólo espero que no se me haya olvidado.
Guille me sonrió y yo me acerqué para besarlo, agarró a Zeus y le dio su mamila.
-Te vez tan lindo con un bebé -le dije.
Guille solo me sonrió, me senté a su lado y lo abracé mientras él seguía en lo suyo.
No me preocupaba el hecho de que Guille se encsriñara con Zeus, me preocupaba lo que venia después y Guille no lo sabia. Estaba tan seguro como que existe el infierno, que no ve lo que se avecina.
¿Como le explicaremos a los demás esto? No podemos llegar de la noche a la mañana con mis padres teniendo un bebé en brazos, o con los padres de Guillermo, o nuestros amigos.
¡Oh por Dios! Alex y Frank vendrán a comer.
Había olvidado por completo que ellos vendrían a cenar.
Sonó el timbre y Guillermo me miró desesperado.
-¿Que hacemos ahora? -le dije.
-Tú recíbelos y yo me llevo al bebé arriba.
-¿Qué? No puedes estar allá arriba Mientras ellos están acá.
-¡Solo haslo!
Me levanté del asiento y Guille subió por las escaleras a una velocidad que casi me costó creer. El timbre volvió a sonar y abrí la puerta.
-¡Hey, Samuel! -dijo Alex dándome un abrazo.
-Hola, chicos, pasen.
Frank y Alex entraron hasta el comedor, se acomodaron y yo fui a traer la cena.
-¿Y dónde está Guille? -preguntó Frank.
-Oh, él está arriba, en un momento baja.
El silencio nos rodeó como por media hora, todos esperábamos a que Guille bajara y empezaramos a comer. Finalmente y realmente no creí que pasara Guille bajo.
-Hola, chicos -los saludó.
-Hola, Guille -dijo Frank y después Alex.
Se sentó a mi lado y le susurré al oído.
-¿Y Zeus?
-Tranquilo, está durmiendo.
-¿Seguro?
-Sí.
Le sonreímos a Alex y Frank y ellos pusieron cara de pocos amigos.
Continuamos la cena tan normal como se pudo, hablando de nosotros, nuestros vídeos y cosas divertidas que ellos habían planeado, claro que cuando tienes un bebé, debes renunciar a todo eso.
Claro que ellos no sabían que teníamos un bebé, no hasta que Zeus lloró.
Miré a Guillermo con cara de "te lo dije" y luego Frank y Alex nos miraron sorprendidos.

----------
Salseo i'ts coming (͡° ͜ʖ ͡°)

Un Amor de Medianoche  «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora