Un Amor de Medianoche «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 4)

Fin del juicio.

La mañana empezó tan caliente y apacible como siempre, siempre resultaba ser así cuando amanecía con Samuel.
Y esta mañana no era la excepción, ni siquiera porque hoy sería el día en el que sabríamos si Zeus por fin se quedara con nosotros.
La mañana se pasó casi de prisa, alistando a Zeus, Samuel alistándose con traje al igual que yo. Era de esperarse, lo que no me esperaba (y posiblemente Samuel tampoco) era que la mamá de Zeus estaba en la puerta de la casa. Casi pude asegurar que no eran sus intenciones de tocar el timbre, yo había abierto lanpuerta y ella se encontraba ahí pasamada.
-Oh -fue lo único que salió de su boca-. No quería molestarlos.
-No es ninguna molestia.
-Papi, papi, ¿quién era? -dijo Zeus llegando a donde yo estaba.
La mamá de Zeus lo miró, me miró a mi y varias lágrimas le cayeron por el rostro.
-Adelante -dije.
Ella se agachó y abrazó a Zeus, lo había echo con tanta ternura que sonreí al verlos, Samuel observaba la escena desde la sala.
-¿Como se llama? -dijo ella.
-Zeus.
-Zeus. Que lindo nombre. Hola Zeus.
Zeus no pidió explicaciones de aquello, sabía de antemano lo que estaba pasando, y le gustaba, le gustaba de verdad.
Cuando todo pasó, nos volvimos a reunir con la señora, con Linsey y todos los abogados que tenían que estar.
El juicio había empezado, y como siempre, Linsey se defendía con es excusa de que "un niño no puede vivir con dos hombres", hasta que la mamá de Zeus habló.
-Llamo al estrado a Trisha -dijo la Juez.
Trisha me miró, miró a Zeus y a Samuel y luego sonrió.
-Yo soy Trisha, la madre de Zeus. No vengo a reclamar a mi hijo, porque debo reconocer que estos dos chicos lo han hecho lo bastante bien...
-¿Qué? -dijo de pronto Linsey.
-Señorita Linsey, le pido que guarde silencio -le dijo la Juez.
-Yo llevaba tiempo observando a estos dos jovencitos. Anotaba todo lo que hacian y los vigilaba constantemente. Me enteré que estaba embarazada del niño un doce de abril, ese día salí de mi casa deseando que algo me pasara, no podía tener al niño. Y vaya que realmente me pasó algo. Había una boda, y no cualquier boda, la de Samuel y Guillermo, había leído en las tiras que colgaban en la entrada. Entré sin saber lo que pensaban, y llegué justo cuando los dos pronunciaban el "si", lo habían echo con seguridad, con amor, como si hubieran estado esperando ese tiempo por toda su vida. Entonces supe que tendría al niño, y que ellos serían los encargados de él.
Trisha, que había hablado con las lágrimas escurriendo por sus mejillas, se levantó de la silla y se acomodó de nuevo en su lugar. Miré a Samuel y este lloraba igual.
-Su señoría esto es una locura. No creerá esto, ¿o si? -habló Linsey.
Y fue ahí cuando todo se transtornó bruscamente.
-Cierra la boca. Es como te vez mejor, es como todos los que son igual que tú se ven mejor. No puedes tener hijos, ¿cierto? Y has visto que dos hombres, siendo hombres pueden tenerlo, y te dio envidia. Eso es todo tu capricho -le dijo Samuel.
Linsey comenzó a llorar, se arrodilló y todos la miramos con hipocresía. Nadie le creía, aunque su actuación había sido lo bastante convincente.
La Juez nos otorgó a Zeus oficialmente nuestro hijo, con la condición de que su verdadera madre lo viera 3 veces a la semana, a lo cual accedimos con gusto.
Teníamos a Linsey donde queríamos. Habíamos ganado, lo habíamos hecho. Es la magia del amor.

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Hay que lindo:3 ahora si, el próximo capítulo es el final... Aun no puedo creer que esta historia ya vaya a acabar ;-; los leo en el último capítulo donde dónde espero su opinión acerca de este fic (y si has leído los 4 fic igual) :3