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                                  Princesita

La música albergaba toda la calle fuera del club que estaba frente a mi.

Personas borrachas, algunas solo bebiendo, otras canturreando, vomitando o teniendo sexo en los rincones del club se podían observar.

Nada de eso era mi ambiente, absolutamente no.

La única razón por la que estaba aquí era para buscar a mi hermano idiota que seguramente estaba allí dentro haciendo Dios sabe que cosas.

Me dejaron pasar a pesar de que tengo 17 años porque parezco mayor y creo que el guardia había bebido, no se le veía en sus 5 sentidos.

Noah, mi hermano, había posteado una foto de el borracho junto a un chico en sus redes sociales con el pie de foto y cito: El Club XXX está dw pta madre tiO! 

Y sí, me dio cáncer visual su ortografía, pero con eso pude razonar que está borracho hasta los huesos.

Rebusque con la mirada mientras me adentraba en la masa de gente bailando y fumando intentando encontrar a Noah.

Hasta que quedé perpleja con el escenario más bizarro que había visto, y sí que he visto cosas extrañas.

Era Noah, sobre una de las mesas, sin camisa ni pantalones, con una cuchara en la mano cantando a todo pulmón Werking Ball mientras hacia una especie de show a un montón de chicos y chicas que lo veían hacer el ridículo.

Por suerte ninguno de ellos parecía en sus 5 sentidos.

¿Se imaginan que Noah fuera striper y lo estuviera descubriendo justo ahora?

Horrible.

—¿Noah? ¡¿Que mierda haces ahí!?— le reclame gritando una vez estuve a la par de la mesa, la música era demasiado alta.— ¡Baja ahora mismo!

Parecía una mamá, pero mi hermano tenia que estar en casa mañana temprano y se supone que tiene prohibido beber alcohol después de ir a terapia por sus problemas de bebida.

—¡Em!— me llamó cuando se dio cuenta de mi presencia.— ¡Mi hermanita!... hup.—hablaba totalmente borracho con hipo atravesado.

En las sillas alrededor de la mesa visualice al compañero de mi hermano, el que había salido en su foto y del que me había hablado algunas veces. El parecía estar más sobrio que mi hermano así que me acerque a el.

—Hola, oye, eres el amigo de mi hermano, ¿cierto?— pregunte cerca de el casi gritando por el volumen del club.

El simplemente asintió con la cabeza mientras tomaba un trago viendo a mi hermano seguir haciendo el ridículo.

—¿Podrías ayudarme a sacarlo de aquí?— rogué logrando que volteara a verme. Fue electrizante, su mirada oscura conecto con la mía causándome escalofríos.— Digo... si puedes- Flaqueé

Sin decir nada se levanto tomando a mi hermano del brazo y bajándolo como si fuera un muñeco de trapo.

Noah hizo lo que pudo para seguirle el paso a ese chico mientras balbuceaba cosas sin sentido.

Tome una respiración profunda al salir del club que olía a alcohol y drogas.

Alcancé al chico raro y a Noah que estaba vomitando afuera del local.

—Eres un idiota Noah.— reprendí una vez terminó de vomitar.— ¿Noah?

Parecía tener la mirada perdida mientras se reía de la nada, yo estaba realmente molesta, el había jurado no volver a tomar después de... eso y aquí estaba, actuando como si tuviera la puta neurona humeando.

Llámame Señor- ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora