Aburrida, en mi casa, claro.
El único sonido que se escuchaba dentro del carro era el aire que golpeaba a alta velocidad el vidrio frontal.
Sobé mis brazos en antelación por lo que nos vendría esta noche. Iba a conocer a los padres de Jay, fingiendo ser su falsa novia. ¿Como terminaría esto?
—¿Me puedes al menos contar las cosas importantes?— me quejé una vez más.— No sé nada sobre tu familia.
Jay puso los ojos en blanco suspirando cansado.
—No quieres saber nada de los salvajes de mi familia.— Respondió.
—Lo dices como si fuera un zoológico.
El se rió abiertamente, fingiendo secarse una falsa lagrima.
—Se asemeja.— tomó una profunda respiración antes de continuar.— Primero está mi madrastra, Andrieanna, aunque yo la llamo Anna. Es la única que podemos decir que se salva de esa casa de locos.— sonrió levemente, risueño.— Es una mujer de categoría, se casó con mi padre hace 16 años. Es dueña de una de las empresas más grande de inmuebles del país.
Mi boca casi se cae al piso. ¿Cuanto dinero manejaba esa familia?
—Es una mujer increíble.— sonrió con una gracia encantadora, por un segundo, solo un segundo, me olvidé que era el mismo Jay que conocía.— Lastima que se haya casado con mi padre.— bufó.
—¿Por que lo dices?
—Mi padre, Jaysson Smith, es un hombre tacaño, obstinado e hipócrita.— se calló un segundo para poder pasar por una curva cerrada.— Es dueño de una empresa de modelaje muy reconocida. Miles de mujeres soñarían por estar ahí. Sin embargo... no me podría dar más repulsión.
Lo observé extrañada, e incluso esperando que terminara de contar el porque, pero al ver como cerraba los labios en una linea apretada, supe que no quería hablar más de ese tema.
—Por ultimo, pero no menos... Nah, ella no es importante en absoluto. Pero más vale que te advierta de ella.—se burló, con un tono entre serio y divertido.
—Soy toda oídos.— respondí ansiosa.
—Lo sé, tienes unas orejas gigantes.— por reflejo me toqué las orejas instantáneamente y eso solo provocó una carcajada por su parte.— Es muy fácil burlarse de ti.
Le dediqué una mirada asesina, sin embargo, con las mejillas ya encendidas por haber caído en semejante broma de pacotilla.
—Mi media hermana, fruto del nuevo matrimonio de mi padre, es Meredith, aunque a mi me gusta llamarla ''Zorrydith''
Mi boca se formó en una gran ''o'' por su manera de dirigirse a una chica.
—No seas imbécil.— le reclamé.— No tienes ningún derecho de referirte así a una mujer.
—Tu misma vas a querer llamarle así.— quise replicar pero me interrumpió.— Tiene 15 años, pero es una...— se calló al ver como estaba a punto de propinarle un golpe.—Chica muy astuta.— arregló, sonriéndome falsamente.— Ve clases en casa porque dijo que era demasiado cansado tratar con personas de bajo nivel. Está en la agencia de modelaje de mi padre desde los 4 años. Eso explica que sea una manipuladora igual a mi padre.
Asentí no muy convencida aún. No creo poder mentalizar toda esa información.
—¿Y que hago si me preguntan cosas?— le recordé.
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Llámame Señor- ©
Teen Fiction¡Hey, soy Emma! Te voy a contar una historia, un relato, un cuento basado en hechos reales. Donde me di cuenta que a veces no conoces nunca a las personas completamente. Donde el amor no todo lo puede. Que los clichés pueden ser un poco retorcidos. ...