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                                     ¿Do you get deja vu? Oh sí, ahora aparece en todos lados...




Caminando por los pasillos de la biblioteca no me pude sentir más perdida. Era la primera vez que entraba a la biblioteca de esta universidad y sentía que los pasillos eras pasadizos que no tenían un final. O bueno, podría ser hacer que te pierdas.

Dos estantes de libros jamás me habían parecido tan tediosos. La bibliotecaria me informó que aquí se encontraría el libro que estaba buscando para el examen.

Es una mentirosa.

¡Aquí solo había decepción, olor a libro viejo, polvo y muchas ganas de morir!

Entonces visualicé en la segunda repisa un libro que llamó mi atención. Lo saqué de la hilera y ahí estaba, la respuesta a todos mis problemas.

''Musicología: campos y caminos de una ciencia'' Julio-Miguel García Llovera

Este libro tenia las respuestas a todo, pensé en comprarlo por booknet, pero, sorpresa, no tengo dinero.

Lo siento bibliotecaria tenias razón.

Empecé a alejarme del universo maligno que había sido nombrado como pasillo de estanterías y me dirigí a las mesas de la biblioteca. Al pasar por unos de los pasillos escuché una voz conocida, en cuanto pude acercarme para confirmar mis sospechas estaba Noah hablando con Eli.

Me acerqué a paso relajado, aunque tenia muchas ganas de hablar con Noah. En especial porque después de que hablé con Eli, Noah no había vuelto a contestar mis mensajes o algo por el estilo ¿Se le habrá olvidado?

Me enfoqué mejor en Eli, ella no le habrá dicho nada apropósito, ella no es así. Es una chica bajita, con el pelo lacio, marrón oscuro que le llega hasta la espalda baja. Es de tez morena pero no tan morena, yo le llamo ''café con leche'', ni muy blanca, ni muy morena.

Todo en ella destila sencillez y amor, es un pequeño algodón de azúcar cuando la conoces, se asusta por todo y es super tierna a veces, la quise desde el primer momento en que Noah me la presentó. De las cuñadas que he tenido, esta es la mejor de todas.

Una vez estuve lo suficientemente cerca ellos notaron mi presencia y me encontré a un Noah muy sonriente.

-¡Emma!

En cuanto pudo poner sus brazos encima de mi, lo hizo, y me dio un fuerte abrazo lleno de sentimiento, como si no me fuera visto en años.

Yo no le correspondí el gesto, pero tampoco me separé, como ya era costumbre. A Noah le encantaba mostrar su afecto.

Claro, yo no soy ningún tipo de Grinch de las acciones afectivas, pero algo me seguía incomodando, sentía que era la única que aún no olvidaba todo lo sucedido y me sentía culpable por eso.

Por esa razón no dije nada, nunca digo nada, prefiero que todos se sientan cómodos y sigan en lo suyo.

-No has perdido la costumbre de asfixiar a tu hermana.- Emitió divertida.

En ello, Noah se alejó dejándome respirar más cómodamente.

-Es mejor valorar a quien tienes mientras los tienes.- Me guiñó Noah.- ¿Como haz estado, hermanita? No he sabido nada de ti por días, ni un mensaje. ¿Es que ya te conseguiste otro hermano?- Me riño juguetón.

Llámame Señor- ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora