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                     ¡Corre perra, corre!



-Todos callados.- Entró el profesor en el gran aula.

Estaba sentada en la hilera de asientos tipo escalera que se formaba en el aula para poder tomar clases.

El profesor de acústica se presentó y rápidamente comenzó la clase. Todo aquí daba un aire de prestigio y no tenia nada que ver comparado a mi antigua escuela publica.

Me tuve que ganar esta beca tomando cursos extra y sacando notas perfectas en mis calificaciones. No iba a dejar que nadie perjudicara mi estancia académica ahora, esta universidad había sido mi sueño desde que Noah me trajo una vez.

Lucia me había acompañado al aula en la mañana, sin embargo, no se quedo conmigo porque tiene una especialidad distinta y es un año mayor. 

Según ella me contó, estudia medicina y se especializa en el área de pediatría. Alexandra no me quiso decir y no fue una sorpresa para mi, pareciera que yo le fuera matado a su perrito por la manera en que me trata.

Yo estoy estudiando musicología, es algo que he tenido claro desde siempre.

Mi hermano y yo estamos colados por la música y ha sido algo que nos ha conectado desde siempre. Nuestro padre nos inculcó la música como un órgano más en nuestro sistema. Es algo que amo hacer.

Y aunque el es una misera basura que no merece ser recordada; hay que darle un punto en que sin el no estaríamos tan apegados al arte musical.

-*-*-*-*-*-*-*

-Bien, recuerden traerme el informe mañana- Terminó la ultima clase del día el profesor.

Todos nos levantamos y parecíamos cansados.

Después de 6 horas de cambiar de aulas y ver clases y clases, había terminado mi primer día como universitaria.

-¡Hey, Emma!- Llamaron a mi espalda.

Al voltearme visualice a un Noah muy feliz corriendo hacia mi.

-¿Por que corres?- Pregunté divertida.

Su cara estaba roja, parecía que había corrido un maratón. Sin darme tiempo a reaccionar me abrazo como si su vida dependiera de ello.

-¡Mi hermanita pasó su primer día!- Gritó y me abrazó, por un segundo sentí la mayor vergüenza de mi vida.

Varias personas se nos quedaron mirando como si tuviéramos 5 brazos y fuéramos los payasos del pasillo.

-Emmm, ¿Noah?- Susurré entre su aún apretado abrazo.

-¿Sí, Emma?- Cuestiono feliz.

-¡Suéltame!- Casi grité.

Si ya habían personas viéndonos ahora habían más.

Lo aleje de un empujón y empecé a caminar rápido alejándome de la vergüenza de esa situación.

-¡Oh, vamos, emm!- Intentó alcanzarme mi hermano.- ¡Te estoy felicitando!

Después de estar lo suficientemente lejos de ahí, ya no había nadie viéndonos y nos encontrábamos en el césped del campus.

-No estoy en primaria como para que me felicites de esa forma.- Explique estando aún un poco avergonzada.

-¡Emm! Eres una llorona.- Se burló.- No aguantas nada.

Le dediqué una mirada asesina con los ojos entrecerrados. El rodó los ojos y se levanto dejándome en el césped.

Llámame Señor- ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora