Yo te digo mi nombre, si tu dejas que te bese.
Cuando pensé que era una mujer empoderada, que nadie podía callarle la boca.
¿Babear por un chico? Jamás.
Me sentía dominante, alguien regia.
Había leído tantas historias, visto tantas novelas, películas y series, donde relataban que la chica se quedaba sin palabras cuando veía al protagonista.
Pensaba que era una ridículas, solo ganas de hacerse la dramática.
Bueno, la vida es una basura.
No sé si la sensación es la misma, si esto es lo que describen otras personas, pero si era así, justo eso me estaba sucediendo.
Sentía la boca y labios secos, mis piernas flaquearon y mi cabeza se hizo un lío.
Solo podía perderme en las dos esmeraldas que se cargaba como ojos. Esas que reflejaban maldad y malicia. Que con solo una mirada podía hacerme sentir cosas extrañas.
Esos ojos que me miraron en la fiesta ese día, iban a ser mi perdición, definitivamente.
¡Que me está pasando!
Dios, solo fue un beso ¡Solo un beso!
Ya he dado muchos besos, y esto no me ha sucedido. Siento que quiero meter mi cabeza en la tierra y no salir nunca más. Que vergüenza.
Seguro mis mejillas están sonrojadas, porque sentí su mirada sobre estas y eso fue un estimulo para hacerme reaccionar.
-¿Que haces aquí?- Fue lo primero que se me ocurrió decir.
El parecía divertido. ¿No estaba molesto? Traía un pantalón de deporte gris y una sudadera del mismo color.
Su cabello le caía distraído por su frente y alrededor de su cabeza despeinado. Repito, sé que es un ligón, pero hay que aceptarlo, está para chuparse los dedos.
-Pensaba que te alegrarías de verme- Sonrió mostrando su perfecta dentadura.
Por alguna razón, parecía despreocupado, relajado, como si todo lo que pasó hace dos días no hubiera pasado nunca.
-Mmmh.- Dudé recordándome a mi misma cuando me dije que jamás volveríamos a hablar.- ¿Por que lo estaría?
-Cierto.- Asintió con la cabeza.- Se me olvidaba que eres una obstinada.- Resopló divertido.
No sé porque, pero me gustó mucho esa actitud, era diferente, fresca. Dios, ¿Que hiciste con este muchacho? Lo que sea que hayas hecho, lo agradezco de corazón.
-Sabía que te inscribirías a este club.- Comentó al notar mi silenció.
-¿Por qué?
-Estudias la misma carrera que tu hermano, ¿No?- Preguntó ladeando la cabeza.
¿Como sabia eso? ¿No y que no eran amigos? Creo que Noah me está guardando más secretos de lo que parece.
-Emm, sí.- Me limité a decir.- ¿Y tu que haces aquí?
El comenzó a caminar fuera del teatro y lo seguí, no lo sé. Me daba curiosidad esta actitud que estaba tomando hoy.
-Estoy inscrito en el club de literatura.- Respondió después de alejarnos un poco del teatro.
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Llámame Señor- ©
Teen Fiction¡Hey, soy Emma! Te voy a contar una historia, un relato, un cuento basado en hechos reales. Donde me di cuenta que a veces no conoces nunca a las personas completamente. Donde el amor no todo lo puede. Que los clichés pueden ser un poco retorcidos. ...